La moneda de Venezuela, el bolívar, perdió casi la mitad de su valor en el primer año de circulación tras la última reconversión monetaria, que se cumple este sábado. Una estrategia que el gobierno desarrolló con el fin de «rescatar su fortaleza y su referente como expresión» de la economía del país.
El 1 de octubre del año pasado, un dólar se cambiaba en el mercado oficial por 4,19 bolívares. Mientras que este 30 de septiembre de 2022 se necesitan 8,18 bolívares para adquirirlo, según el Banco Central de Venezuela (BCV). Lo que supone una devaluación de 48% frente a la divisa, que se incrementó en un 95% en ese lapso.
Tercera reconversión monetaria
Esta es la tercera reconversión monetaria en el país en este siglo. Y supuso la eliminación de seis ceros a la moneda. Todo luego de las implementadas en 2008 por el gobierno del presidente Hugo Chávez (1999-2013); y la de 2018, con Nicolás Maduro en el poder, con las que se han suprimido un total de 14 ceros al bolívar.
El efectivo, un problema sin resolver
Tras la medida, el bolívar, que venía llamándose «soberano» desde 2018, pasó a denominarse «digital», que, pese al adjetivo, tiene presentación física, con billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 bolívares.
Pero la reconversión no ha generado mayores cambios en la dotación de efectivo en bolívares respecto a la cantidad que circula antes en el país, dolarizado de facto tras cuatro años de hiperinflación, que terminó en diciembre pasado. Esto según lo dijo a Efe el economista Luis Arturo Bárcenas, jefe de la firma Ecoanalítica.
Según esta consultora, antes de la medida, 5% del dinero circulante era en bolívares en efectivo. Hoy es 6%, apenas un punto más respecto al año pasado.
El bolívar en efectivo subsiste principalmente en el mercado informal y en el pago de bienes o servicios que cuestan menos de un dólar, como un caramelo, un cigarrillo, algunas verduras y hortalizas y el pasaje del transporte público.
El mayor billete tras la última reconversión equivale a 12 dólares
El billete más bajo, de 5 bolívares, equivale a 61 centavos de dólar, mientras que el de mayor valor, el de 100 bolívares, es igual a 12 dólares, por lo que hacer pagos elevados en moneda nacional en efectivo sigue siendo complicado.
Para hacer una compra, por ejemplo, que satisfaga las necesidades mínimas de alimentación de una familia de cinco personas, se necesitan casi 32 billetes de 100 bolívares, según el costo de la canasta básica de alimentos calculada por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación de Maestros (Cendas-FVM), que lo ubica en 3.178,12 bolívares.
El dueño de dos comercios en una zona popular de Caracas -uno de ropa y otro de productos de cocina- dijo a Efe que el 70% de los pagos que recibe son en bolívares, de los cuales solo el 10% son en efectivo, sobre todo de productos de bajo precio.
La digitalización del bolívar
La búsqueda de soluciones ante la pérdida del valor del bolívar y los problemas para pagar en efectivo llevó a adoptar mecanismos digitales para simplificar las transacciones. Lo que se ha encontrado con otros inconvenientes, como las fallas en el servicio eléctrico y de internet.
«Todo el mundo pasa el punto (pago con tarjeta), hasta por un cigarro, que cuesta un bolívar, quieren pasar el punto», dijo a Efe Samuel Morales, comerciante caraqueño.
Hace un año, el BCV aseguró que el «cambio de escala monetaria se apoya en la profundización y desarrollo de la economía digital». Y lo consideró como «un hito histórico necesario en un momento en que el país comienza el camino de la recuperación económica».
Según el ente emisor, la actividad económica creció un 14,65% y 19,07% en el tercer y cuarto trimestre de 2021, respectivamente, mientras que la mejora en los primeros tres meses de 2022 fue de 17,04%, y entre abril y junio fue alrededor de 18,7%.
El presidente del BCV sostuvo el pasado agosto que el organismo ha fortalecido la política fiscal, cambiaria y monetaria, aunque desde principios de ese mes el bolívar registró la mayor devaluación desde hace un año, al perder el 29% de su valor frente al dólar.