58,9% de los venezolanos mayores de 18 años de edad están dispuestos a votar en las elecciones parlamentarias. Tal inclinación baja a 46,6% si la oposición liderada por la presidencia interina no participa en los comicios. Así lo revela una encuesta realizada por el Centro de Estudios Políticos y Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello y Delphos. Las proyecciones se presentaron durante la segunda sesión del foro Prospectivas II Semestre 2020 organizado por la casa de estudios.
El encuentro tuvo como finalidad brindar un panorama certero de lo que pudiera suceder en el país en los meses próximos. Durante su realización, el director del CEPyG UCAB, Benigno Alarcón, presentó la proyección de escenarios posibles. Para ello partió del análisis de variables determinantes en la dinámica política.
Alarcón mostró cómo Venezuela descendió en los principales índices de democracia, ubicándose en 2019 en el puesto 140 entre 160 que incluye la prestigiosa The Economist Intelligence Unit. Llamó la atención al hecho de que el país esté por debajo de Rusia y a la par de muchas naciones del continente africano, donde se concentra la mayor cantidad de regímenes autoritarios.
Respecto a las elecciones parlamentarias del próximo diciembre, consideró que se está en un proceso de mayor autocratización por razones imputables al gobierno. El análisis de distintas variables hace prever que serán unas elecciones multipartidistas, pero no competitivas. Esto se debe a que en ella participarán partidos que fueron intervenidos judicialmente y otros que decidieron participar sin exigir suficientes condiciones electorales, aceptando las reglas que el régimen impone. “Es poco probable que la oposición consiga una mayoría de la Asamblea Nacional”, vaticinó.
Elecciones en tiempo de pandemia
Al referirse a la coyuntura generada por la incidencia de covid-19, indicó que la crisis le ha servido al régimen como justificación para activar mecanismos represivos y para un mayor control social. Con esto se logró desarticular las estrategias de movilización de la oposición, que había iniciado en febrero al regreso de la gira internacional de Juan Guaidó.
Alarcón afirmó que ante la previsible pérdida de espacios institucionales de representación, como la Asamblea Nacional, la oposición democrática necesita recomponerse superando la frágil cohesión que presenta en la actualidad.
El valor del voto
Félix Seijas, director de la consultora Delphos, expuso que la disposición a votar en las elecciones parlamentarias en general llega a 58,9%. Solo 29,5% manifiesta que no lo haría. “En la medida que es más bajo el estrato social, hay más disposición a votar, llegando hasta 73,4% en el sector E”, dijo.
Un comportamiento similar se observó al discriminar las respuestas según la autodenominación política de los encuestados. 9 de cada 10, entre quienes de calificaron como chavistas, votarían. Entre los opositores la proporción es menor, pero la disposición a votar no baja de 50%.
La consulta fue realizada a través de 800 entrevistas directas en el hogar entre el 3 y el 17 de Julio, en Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto, Maracaibo, San Cristóbal, Barcelona, Puerto La Cruz, Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana.
Seijas explicó que si la oposición liderada por Guaidó no participa, la disposición a votar en las elecciones parlamentarias baja a 46,6%; al contrario, sube a 60,3% si la oposición democrática participa. Otra variable que se consultó fue la percepción de designación de nuevos rectores del CNE, la cual es valorada negativamente por 41,7%. Aún así, 62,9% del total considera que la oposición debe participar en las parlamentarias convocadas por el actual CNE.
El experto comentó que la mayor parte de la población valora votar. En la investigación se refleja que 42,5% estima que votar es un derecho, 18,6% asocia votar con “la pelea es peleando” y 7,2% cree que “es lo único que podemos hacer”. Todo ello suma 68,3%. Hay 31,7% que no cree en votar por diferentes razones: “Con ese CNE no voto” (15,3%), “Votar no cambia nada” (9,1%) y “Con Maduro Presidente no voto” (7,3%).
Reveló que sólo 35,3% del país sabe de la existencia de una Mesa de Diálogo Nacional. Entre los que dicen conocerla, a quienes más identifican con esta instancia figuran Claudio Fermín 34,6%; seguido por Jorge Rodriguez 25,1%, el régimen 14,6%, la oposición 13,5%, pero una tercera parte de quienes la conocen no saben quiénes la integran.
La aparición de la Mesa de Diálogo Nacional (MDN) y de la estructura de partidos de la oposición con dirigencia aprobada por el TSJ tiene un impacto en la configuración de la oposición. En el escenario de que el grupo del presidente encargado, Juan Guaidó, participe, la intención del voto a la oposición es de 50,1%. Pero de esa cifra 12,6% representaría a los candidatos de los partidos con nueva dirigencia y otro 6,7% para los partidos minoritarios de la MDN. Entre ambos le restaría 19,3% a la oposición liderizada por Guaidó. Los candidatos del PSUV obtendrían en tal escenario 22,9%. Explicó Seijas que de esta manera el régimen estaría cumpliendo su objetivo de dividir el voto.
El proceso electoral
Roberto Abdul, presidente de Súmate, y el periodista Eugenio Martínez, ahondaron en el análisis y proyecciones del escenario electoral. Martínez considera que las condiciones en este elección son las más restrictivas que se recuerden, y que la decisión de la oposición democrática de participar o no debe ser parte de una estrategia más amplia, respondiendo la interrogante “para qué se participa o para qué no”.
El presidente de Súmate coincidió al afirmar que para esta elección se ha intensificado la opacidad electoral. Dijo que la integridad del Sistema Electoral ha sido vulnerada por otros poderes del Estado como el TSJ, el Ejecutivo, la Fiscalía y Contraloría. “El régimen a través del CNE ha diseñado un sistema electoral a la medida de sus intereses que le permite controlar y dirigir el proceso condicionando los resultados”, aseguró.
Al examinar todos los pasos del proceso de votación, Eugenio Martínez observa que a las cuestionadas condiciones técnicas y políticas que están presentes, se unen las condiciones sanitarias en virtud de la contingencia del coronavirus. “44 fases del proceso diseñado por el CNE representan riesgos de contagio”, detalló.
Abdul vislumbra como improbable que la participación electoral será más baja de la que tradicionalmente tienen procesos electorales parlamentarios. Es altamente probable que el PSUV controlará la mayoría calificada y los partidos de la llamada “mesita” de Diálogo Nacional y partidos confiscados tendrán una dispersión y poca representación.
“En lo internacional se mantendría el desconocimiento por parte la coalición de países que hoy en día desconocen al gobierno nacional y otras instancias”, pronosticó.
La economía cae 32,8%
Durante el evento Prospectivas II Semestre 2020, el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica y miembro de la Mesa de Análisis Coyuntural del CEPyG de la UCAB, proyectó que el PIB caerá este año 32,8%. Con esto, la economía se achicaría a una quinta parte de lo que fue hace siete años, que es el período acumulado de decrecimiento continuo.
Explicó que se trata de una contracción generalizada, derivada de los límites comerciales. Entre ellos destacó el hecho de que los ingresos petroleros, que bajaron a 20,3 mil millones de dólares en 2019, serán de solo 2,7 mil millones de dólares este año. También impacta el confinamiento, tanto en oferta y demanda de bienes y servicios, y la escasez de gasolina.
Oliveros espera también una corrección cambiaria que pudiera llevar el tipo de cambio alrededor de los 2 millones de bolívares a fin de año, de acuerdo con las cifras que mostró.
Considera que dentro de esta nueva economía las importaciones empiezan a encarecerse, hay un mayor peso de la economía negra y un mercado aún más reducido.
Asimismo, identificó una serie de riesgos, entre los cuales incluyó mayores restricciones externas que limitan la capacidad de crecimiento y de competitividad. También incluyó la imposibilidad de superar la hiperinflación (que podría estar en 4.000% este año).
Par Oliveros el régimen podría estar aspirando que con una nueva Asamblea Nacional pueda contar con una base jurídica para algunas reformas como apertura en sectores energéticos y de industrias básicas y una nueva política tributaria, entre otros.