Cerca de 30% de los niños de Venezuela padecían en 2020 algún tipo de malnutrición, más de la mitad en forma severa, denunciaron en un informe la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) y la ONG Provea.
«Los factores económicos han causado una situación de urgencia humanitaria caracterizada no solo por una profunda pobreza, sino por la inseguridad alimentaria, la malnutrición infantil y la emigración de más de seis millones de venezolanos», detalla el documento difundido este martes.
En el informe, las ONG alertan de que la pobreza subió en Venezuela de «manera exponencial», hasta afectar a 94,5% de la población en 2021 y denunció que «las redes de corrupción» en el país absorben los fondos que deberían ser destinados a la producción y distribución alimentaria.
«Durante los últimos seis años el PIB ha caído más de 80%, una de las contracciones más brutales del hemisferio norte, excluyendo los países inmersos en un conflicto armado», indicaron los autores. Agregan que un «cuadro dehiperinflación mensual de 50%» empeora el panorama.
En el documento de 72 páginas se asevera que «la falta de acceso a la tierra, al agua y a ciertos servicios contribuye a la inseguridad alimentaria» y se alerta de que la capacidad de tratar y distribuir el agua potable está minada hasta 40% de su capacidad en relación con 1998.
Instan a Maduro actuar cuanto antes
«La producción de electricidad ha caído 74%, lo que ha provocado 174.000 cortes de corriente durante 2021, afectando a 74,2% de la población», se constata en el informe de la FIDH y Provea (Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos).
La penuria energética -se añade- ha llevado a 5,4 millones de personas a cocinar a base de la combustión de madera, en vez de con gas.
En el informe se insta también al gobierno de Nicolás Maduro a que se dé «absoluta prioridad» a la «urgencia alimentaria» ante la posibilidad de negociaciones con las fuerzas opositoras recientemente anunciadas.