Los humoristas Laureano Márquez y Eduardo Sanabria tienen en común la nacionalidad venezolana, 15 años de amistad y la autoría de la novela gráfica Historieta de Venezuela. De Macuro a Maduro, una obra que caricaturiza la historia del país e invita a reflexionar sobre su situación actual.
«A veces, los humoristas somos los únicos que hablamos en serio. Nuestro trabajo en Venezuela es cada vez más difícil –asegura Márquez (nacido en Tenerife en 1963 pero criado en Venezuela) en una entrevista con Efe–. Este es un momento muy delicado para hacer humor y no podemos bromear con el dolor del que sufre, sino con el causante del sufrimiento».
El libro, que va por su tercera edición y que se ha presentado en Casa América en Madrid, explica en clave de comedia los hechos fundamentales de la historia venezolana, tomando como punto de partida la llegada de Cristóbal Colón a la costa de Macuro (Venezuela).
«Somos un país con riqueza, playas espectaculares, un clima maravilloso, poca gente y muchos recursos, una ubicación estratégica increíble. Dios lo colocó todo muy bien, así que, ¿por qué no hemos tenido éxito?», declara Márquez, periodista y autor de varios libros humorísticos.
Sanabria (Caracas, 1970), que lleva al cómic su premiado estilo de caricatura, señala que el interés de la obra no reside tanto en el tono humorístico como en el rigor histórico, que «se pervirtió» durante el gobierno de Chávez.
«Este libro es para los jóvenes de entre 20 y 30 años de edad –indica el viñetista–, ya que son los afectados por la deformación de la historia que realizó el presidente Chávez. La memoria venezolana fue una de las principales víctimas de su régimen».
Márquez y Sanabria han escrito este libro, explican, para todos los emigrantes venezolanos. De hecho, desde la publicación de la obra, en noviembre pasado, lo han presentado en países como Estados Unidos, Suecia y España, y en todos ellos «con una gran acogida».
«Hemos estado en Alicante, en París y en Estocolmo –enumeró Sanabria–, y los venezolanos siempre te reciben con mucha emoción, porque muchos se sienten invisibles en sus nuevos países. Que alguien vaya a esas ciudades para verles a ellos, a presentarles un libro venezolano, les alegra mucho».
Márquez advierte que el éxito de su cómic es una demostración de que sus compatriotas están cansados y asustados, ya que, en su opinión, «la risa surge con mucha más fuerza cuando tenemos miedo».
«Si el que está pisoteado tiene el humorismo de su lado, cuenta con una sutil venganza: el ingenio es suyo, le defiende y evidencia la injusticia a la que está sometido», aseguró el autor de origen español, que en 2010 recibió el premio del Comité para la Protección de Periodistas.
«El verdadero humorismo va acompañado de una reflexión, de lo humano. Si está bien hecho, es una actitud mística justa y bondadosa frente a la vida», añade.
Como comunicador, Márquez ha querido hacer hincapié en la importancia de la cobertura de la crisis venezolana fuera del país: «A los ciudadanos nos ayuda que nuestras angustias se debatan en otros espacios. Una de las maneras de estar protegidos es que alguien esté mirando».
Por su parte, Sanabria cita otras formas de enfrentarse a la crisis humanitaria, como generar debate, enviar medicamentos y alimentos «desde el exilio» y escribir libros sobre la memoria venezolana, como este De Macuro a Maduro, que próximamente se traducirá al inglés.
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