El Tribunal Supremo español decidirá el próximo 24 de septiembre si avala la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco, enterrado en un monumento próximo a Madrid.
Fuentes jurídicas informaron la fecha del fallo que resolverá, definitivamente, el contencioso entre el gobierno, que aprobó la exhumación y fijó la fecha para el 10 de junio pasado, y la familia, que se niega a acatar esa decisión y recurrió a los tribunales.
Franco falleció en noviembre de 1975 y fue enterrado en la basílica del Valle de los Caídos. Este es un monumento que el dictador mandó a construir para conmemorar el final de la Guerra Civil (1936-1939).
El mismo se convirtió en un símbolo para los franquistas, vencedores de la contienda.
Su sepultura está en un lugar destacado del templo, a los pies del altar mayor, junto con los restos del fundador del partido de corte fascista Falange Española, José Antonio Primo de Rivera.
Aprobación de la exhumación
El Ejecutivo aprobó la exhumación en aplicación de la Ley de memoria histórica, destinada a reconocer y reparar a las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista que siguió entre 1939 y 1975.
La Sala del Tribunal Supremo que lleva el caso resolverá definitivamente sobre la eventual exhumación y su posterior inhumación.
Para esta hay dos opciones: el cementerio de El Pardo como quiere el gobierno, o en la catedral de Madrid, lugar elegido por la familia en caso de que la exhumación fuera inevitable.
El Ejecutivo confía en que el Alto Tribunal le dará la razón y acabará permitiendo el traslado de los restos del dictador al cementerio de El Pardo.
En el lugar, ya está enterrada su esposa, Carmen Polo.
«Le permite garantizar tanto las condiciones de dignidad y respeto como la digna sepultura exigidas», asegura.
En su recurso, los nietos de Franco incidían en las «vulneraciones de la legalidad ordinaria» que cometió el gobierno. Hacían hincapié en que ellos no son titulares de la cripta del cementerio de El Pardo, sino que es propiedad de Patrimonio Nacional.