Al menos 220 perros y 50 gatos murieron en un albergue en Bahamas, a causa del oleaje ciclónico y las inundaciones causadas por el paso del poderoso huracán Dorian. La información fue suministrada por varias trabajadoras del hospedaje.
Felicia Telfort, supervisora del albergue Humane Society de Grand Bahama en Freeport, indicó que tanto ella como sus cinco compañeras de trabajo hicieron todo lo posible para salvar a estos animales.
En declaraciones para CNN, Telfort sostuvo que conjuntamente con sus compañeras de trabajo resguardaban a más de 300 perros y 100 gatos en el lugar.
Construcción del albergue
El albergue, dirigido por Elizabeth Burrows, se construyó en el año 2008 en un área elevada de la isla, con el fin de evitar inundaciones.
Burrows pensaba que los animales podían sobrevivir el paso de Dorian por la localización del hospedaje. La esperanza se debía a que en pasados huracanes no había pasado nada grave.
Pero dado que el huracán Dorian se movía tan lento y cargando tanta lluvia, provocó el oleaje ciclónico e inundaciones en Freeport, incluso en el albergue.
Ante ello, el personal administrativo del albergue trató desesperadamente de resguardar en camastros a los perros, mientras el agua continuaba subiendo lo cual hacía que el momento fuera más peligroso.
El equipo administrativo sobrevivió
Telfort prosiguió relatando que debido a que el albergue continuaba inundándose, ella y sus compañeros de trabajo tuvieron que subir al ático del edificio. Lamentablemente, no podían llevarse consigo a los animales.
El equipo de trabajo se mantuvo en el ático hasta que pasó el huracán; mientras, escuchaban llorando y aullando a los perros, pero esa señal se detuvo posteriormente.
Ese silencio dio a entender, entonces, que los cientos de perros y el medio centenar de gatos murieron a causa de la inundación, dijeron Telfort y Burrows.
Estaban a la espera de adopción
Todos esperaban que los animales serían adoptados, de acuerdo con Burrows. Otros fueron dejados en sus casas por sus dueños que huyeron de Bahamas o acudieron a refugios que no permitían animales.
Aunque desconocía el impacto que traería el huracán, Burrows admitió ser «responsable y estar devastada por la tragedia».
«Mi corazón anda roto por los animales que perdimos aquí», afirmó.
«Me siento muy mal por las personas que confiaron en dejar sus animales con nosotros y lamentablemente no pudimos protegerlos», concluyó.