Bill Gates es uno de los hombres más ricos del mundo. Hoy es conocido por ser un filántropo y da charlas motivacionales a jóvenes estudiantes, pero tiene un pasado laboral bastante tóxico cuando era un jovencito empresario al mando de Microsoft.
“No eres vago si te das un respiro”, dijo en una de las charlas a universitarios, señala un informe de GenBeta. Pero mucho antes no pensaba eso y no creía en las vacaciones, los descansos ni los fines de semana.
Fue el mismo Gates quien confesó que “en los primeros tiempos de Microsoft, mi oficina tenía vistas al aparcamiento y yo llevaba la cuenta de quién se iba pronto y quién se quedaba hasta tarde”.
El éxito de Microsoft fue construido al lado de Paul Allen, quien confirmó la difícil situación, y que en Microsoft “había un ambiente de mucho estrés a causa de las demandas de Bill”.
Luego, en una serie de podcast con la BBC, el multimillonario admitió que era “un poco más intenso que la mayoría de la gente de la época, pero “no más intenso que Steve Jobs”, el fundador de Apple.
El crecimiento de esta empresa lo llevó a ocupar el puesto de “el hombre más rico del mundo”, tal como lo es ahora Elon Musk. Pero al costo de ser considerado, incluso por su colega Paul Allen, como “un capataz que merodeaba por el parking los fines de semana para ver quién había llegado” a la oficina.