La meta son 100.000 dólares. La Universidad Simón Bolívar, casa de estudios autónoma y la cuarta mejor de Venezuela -de acuerdo con QS World University Rankings 2020-, empezó este sábado una campaña de recaudación para recuperar el servicio de transporte, suspendido en junio por falta de pago a las empresas contratistas.
El presupuesto asignado por el Ministerio de Educación Universitaria es insuficiente. En reiteradas ocasiones la comunidad se movilizó hasta la sede para exigir recursos y poder cancelar la deuda que en marzo superaba los 1.200 millones de bolívares.
«La entidad gubernamental no reconoció el monto y los recursos no fueron otorgados», explicó una fuente de la Federación de Centros Universitarios de la USB.
Señaló que, en una oportunidad, fueron atacados de forma violenta por grupos irregulares y que, hasta la fecha, no han obtenido respuesta.
La USB ofrecía rutas tanto en Caracas (Coche, Baruta y Chacaíto) como fuera de la capital (Los Teques, San Antonio de los Altos, Charavalle, Santa Teresa y Maracay).
De estas rutas se beneficiaba 80% de la comunidad entre estudiantes, profesores y personal administrativo.
“Como universidad, tenemos 34 unidades propias. Las demás eran transportes de las cuatro empresas contratistas que teníamos. Al contraer una deuda tan fuerte, nos dijeron que ya no podían trabajar más. Cuando indicamos que no podíamos pagar, una de las empresas quebró”, informó la fuente.
Apoyo financiero
A través de la fundación de egresados, AlumnUSB, esperan captar fondos para recuperar las unidades propias y que están inoperativas.
“En este momento la universidad tiene 34 autobuses propios. Solamente 14 están en funcionamiento. Los otros necesitan reparaciones, que pueden ser desde unas muy graves como, por ejemplo, un motor fundido, hasta menores, como cauchos y baterías”, explicó Enrique Planchart, rector de la USB.
Habilitar la flota de transporte contribuye a mejorar las condiciones para el trimestre que comienza en septiembre. El período que comenzó en enero se llevó hasta julio por la inestabilidad del servicio eléctrico, falta de agua en el campus desde 2018 y la merma del transporte.
“Con ese dinero vamos a tener un buen paliativo y la universidad continuará sirviendo a la juventud venezolana como lo ha hecho”, indicó el rector.