En la década de los sesenta, una exploradora bautizó con el nombre de Uriji Jami al libro con el que compartió su experiencia con la etnia indígena yanomami. Más de cincuenta años después, dichas palabras, que en esa lengua significan “caminar por la selva”, también le dieron nombre a la primera red social que se fundó en el país para compartir sueños y obtener una retribución monetaria por ellos.
El pasado y el presente parecen mezclarse en el llamado “cuarto de los sueños” del campus de Uriji Jami. Unas paredes llenas de cientos de objetos y con colecciones de monitores, así como de antiguos secadores y cámaras fotográficas, se roban de inmediato la atención de los visitantes.
Desde ese lugar, Jean Clauteaux, co fundador de Uriji Jami, explicó en una entrevista para El Nacional Web el origen de esta red social, sobre la cual aseguró “tiene a la vida como el activo más importante”.
De acuerdo con Clauteaux, quien fue presidente de L’Oreal Venezuela y ha estado vinculado a Internet desde unos 17 años, la idea de crear esta red social surgió por la “frustración” de no tener un lugar donde se pudieran compartir proyectos a largo plazo y encontrar personas que se sumaran, incluso monetariamente.
“El impacto de Uriji es preguntarte cuánto valen las cosas que has hecho y lo que quieres hacer”, expresó.
Las redes del futuro
Más allá de una simple fantasía, para el co fundador de Uriji Jami los sueños “son cosas que definen realmente quién eres, porque tú también te defines por lo que quieres ser”. En ese sentido, explicó que las experiencias y los conocimientos de una persona tienen un papel fundamental, porque son estos los que le permiten proyectarse en el futuro.
“Hay una inmensa diferencia entre la gente que se proyecta y la que no”, agregó.
En consecuencia, Clauteaux señaló que debido a la importancia que hoy día tienen las redes sociales y la economía compartida, los usuarios están tomando conciencia sobre el valor que posee la información que comparten, por lo que para él “las redes sociales deben evolucionar hacia un ecosistema donde el usuario también perciba ingresos”.
Uriji Jami cuenta actualmente con 7.000 usuarios. Para utilizarla, se debe descargar la aplicación para que el usuario cree un perfil desde donde publica sus sueños, historias e hitos. De esa forma, puede interactuar con otros usuarios e incluso recibir donaciones a sus sueños si vincula su perfil con una cuenta de PayPal.
“Quizá es el salario del futuro, no solo está asociado a un trabajo, sino a una manera de interactuar con lo que has hecho y expresar tu potencial”, dijo Jean.
Emprender en Venezuela
Sin titubeos, Jean Clauteaux no solo se define como un “enamorado de Venezuela”, también expresa que cuando se emprende en contextos tan complejos como el que atraviesa el país, se puede estar preparado tanto para plantear una estrategia global como para adaptarse a otros mercados.
“Los venezolanos en este momento también están soñando muchísimo. La migración no lo veo como algo exclusivamente negativo, es doloroso, pero quizá no es tan negativo como pensamos. Finalmente, es una proyección forzada hacia delante, porque tienes que cuestionarte muchísimo”, explicó.
Jean Clauteaux también señaló que cree en la acción y en el presente, independientemente del lugar donde se encuentre. “Si la Venezuela que tú quieres es una distinta a la que estás viendo y por eso emigras, debes trabajar por ello desde donde sea que estés”.
Por último, expresó que para lograr un sueño es importante concentrarse en el pasado. “Muchas veces nos dejamos llevar por ese apuro en obtener lo que queremos y se nos olvida de dónde venimos. Se nos olvida valorar nuestras experiencias y conocimientos”, concluyó.