Luz Arenas, colombiana de nacimiento pero nacionalizada venezolana, se encontraba en la plaza La Estrella de San Bernardino cuando Carlos José Moreno, de 17 años de edad, recibió un impacto de bala en la cabeza.
Al ver la situación limpió con la bandera de Venezuela la sangre que corrió por el pavimento. Decidió seguir marchando hacia la avenida Libertador, ahora con un nuevo objetivo: exigir que cese la violencia que mancha el símbolo patrio.
«Siento a Venezuela como mi patria. No quiero ver más sangre en el país, ni de opositores ni de oficialistas. No quiero más sangre derramada sobre la bandera, porque esa es mi bandera», dijo.