El epidemiólogo del estado Táchira Noel Calderón confirmó que los casos de malaria aumentaron en febrero de 2018 en comparación con 2017.
“Aunque se registraron menos casos que en el mes de enero, seguimos mostrando una tendencia superior a 2017. En Táchira tenemos 205 casos confirmados de malaria”, informó Calderón.
Indicó que las personas diagnosticadas salieron de la entidad y viajaron al sureste de Venezuela. Allí adquirieron la enfermedad y regresaron a los lugares donde viven: “Todos los casos que tenemos hasta ahora son importados, ninguno es autóctono”.
El incremento representa 130% más de casos con respecto al mismo período de 2017. “En este momento se está haciendo el control de vectores en la residencia de estos pacientes. Esta gente se movilizó al área minera buscando mejoras sociales y económicas en otras regiones, especialmente en el estado Bolívar, y han regresado con el plasmodium vivax”, afirmó.
Las cifras epidemiológicas del Táchira reflejan que desde 2017 hasta el momento no se han producido decesos por malaria. Calderón dijo que por enfermedades como zika, chikungunya y dengue, el estado Táchira está en zona de seguridad y que actualmente no hay riesgo de problemas de salud pública.
Funcionarios del área de epidemiología se trasladaron a Maracay como modo preventivo para buscar los insumos necesarios y hacer fumigaciones para evitar así casos autóctonos de malaria y mantener a raya el zika, chikungunya y dengue.
Estado de alerta. Los casos de sarampión siguen en aumento en Caracas. Solo entre los hospitales pediátricos Elías Toro y J.M. de los Ríos suman 92 pacientes con la enfermedad, que volvió a sentirse con fuerza en el país desde julio pasado.
En el Hospital Pediátrico Elías Toro, desde el 22 de diciembre hasta el viernes pasado, se habían reportado 56 casos de sarampión que provenían 90% de Catia, pero otros focos se encontraban en Guarenas, El Junquito y las Acacias. Mientras que en el Hospital J. M. de los Ríos se atendieron 36 niños, 2 de los cuales tenían menos de 6 meses de nacidos.
“Todos los menores de 6 meses toman lactancia materna. Si esas mamás hubiesen estado vacunadas les habrían pasado defensas, pero evidentemente las madres están susceptibles”, dijo una especialista del Hospital de Niños.
El Ministerio de Salud aún no emite información oficial sobre la epidemia para que la comunidad tome precauciones. La Organización Mundial de la Salud presentó un comunicado en el que afirma que el contagio de sarampión en Venezuela –que tenía el certificado de territorio libre de la enfermedad desde 2016– se debía a problemas con la vacunación.
“Mientras en otras regiones del mundo persista la transmisión de sarampión, y si las coberturas de vacunación no son mayores a 95%, la probabilidad del ingreso de un caso importando y que genere transmisión local es muy alto. Y eso fue lo que ocurrió en Venezuela”, cita una editorial de la OMS, firmada por José Moya, representante de la organización en Venezuela.
Hasta el 6 de febrero de este año, el despacho de Salud reportó al organismo internacional 1.703 casos sospechosos, 952 de los cuales fueron confirmados por técnicas de laboratorio en 9 estados.
En 2016 la Organización Panamericana de la Salud certificó que la región de las Américas había logrado eliminar el sarampión, luego de más de 20 años de esfuerzos conjuntos de todos los países, pero la diseminación en Venezuela dejó en vilo la auditoría sobre la información que entrega el gobierno acerca de su trabajo en materia de salud.
La OPS incrementó el crédito del Fondo Rotatorio para que el país disponga de más de seis millones de dosis de vacunas contra el sarampión, la rubeola y la parotiditis.