Olgalinda Pimentel se graduó en 1978, en la UCV, y desde entonces, con gran compromiso ético, se declara periodista las 24 horas del día: «Soy reportera ciento por ciento, sea cual sea el cargo que desempeñe. Yo no puedo prescindir del contacto con la realidad, con la gente, aportar», dice la merecedora del Premio Miguel Otero Silva.
A lo largo de cuatro décadas de ejercicio continuo, ha asumido las jefaturas de Investigación, Política, Ciudad y Sucesos en los medios impresos más prestigiosos del país: El Diario de Caracas, El Universal y El Nacional. El sentido de su experiencia laboral, lo resume así: «Las diferentes secciones que me han delegado tienen en común la defensa de los derechos humanos y el respeto a la vida y a las leyes, precisamente lo que más me interesa». Y para ser coherente con su exigencia de manejar el aspecto legal, estudió también Derecho.
Cuando no trabaja, Pimentel compone música para guitarra, camina, va a la playa, y lee, lee, lee, una práctica que no entiende por qué algunas generaciones de profesionales la dejaron de lado, tal vez en ello resida cierta insuficiencia del lenguaje periodístico actual.
Pero, excepto la lectura, todo lo demás lo mantiene en suspenso porque tiene el foco puesto en el que a su juicio es, a pesar de los obstáculos, «el momento estelar que hoy vive el periódico». Piensa que en El Nacional se escriben las páginas de la historia contemporánea del país. Una labor que se realiza en equipo, en una coordinación horizontal, asegura. Y si algo le preocupa más que todo lo anterior es que cada día pueda entregarse al lector un diario de calidad.
»Las secciones a mi cargo tienen en común la lucha por la defensa de los derechos humanos y el respeto a la vida y a las leyes»