Carlos Osorio, el nuevo ministro de Transporte y Obras Públicas, es el segundo funcionario en asumir ese despacho en cinco meses. Su nombramiento ha generado expectativas en el sector, afectado por la ausencia de políticas públicas, pero sobre todo por el progresivo desmantelamiento del sistema de transporte público superficial, evidenciado, según la Federación Nacional del Transporte, en la paralización técnica de 75% de las unidades, la escasez de transporte operativo y el rezago sostenido de las tarifas.
Esta crisis ha dejado de lado temas como la modernización de la flota, una de las más antiguas de América Latina de acuerdo con los datos de la Central Única de Autos Libres y por Puesto, y la renovación de la infraestructura vial, que han debido tener prioridad, pero que se relegaron ante la urgencia de mantener la movilidad mínima en el país, indicó Simón Ballesteros, presidente del Instituto Metropolitano de Transporte.
“No se le ha dado la oportunidad a ningún ministro de asumir una administración que genere una política integral para la resolución de la crisis generalizada de transporte que padece el país”, señaló Ballesteros.
También aludió a la importancia de la planificación para superar los problemas actuales, la cual se ha visto impedida por los constantes cambios de autoridades que han retrasado los acuerdos con actores del área como los gremios de transporte público, cuya progresiva paralización por falta de repuestos e insumos ha perjudicado a estados como Carabobo, Miranda y Vargas, en los que los usuarios han debido movilizarse en camiones no aptos para el traslado seguro de personas, una modalidad que se ha incrementado en los últimos meses.
“La gente se está transportando en camiones de carga de animales, en vehículos que no cumplen los requerimientos mínimos para la seguridad de los usuarios. El problema se debe abordar como una crisis que no se puede seguir posponiendo, estamos en riesgo de quedarnos incomunicados”, alertó.
Hugo Ocando, presidente del Bloque del Oeste de Caracas, señaló que las interrupciones en la gestión administrativa han contribuido a desmejorar el servicio. No obstante, recalcó que durante la gestión de Osorio como presidente de la Misión Transporte, cargo que ocupó hasta su designación como ministro, se lograron algunos avances que espera se mantengan ahora que está al frente de la cartera.
“Es el único de los todos los funcionarios con el que han fluido las conversaciones para atenuar la crisis por la disminución del número de unidades. Ya se asignaron 20.000 cauchos, aunque luego de dos semanas no los han entregado todos. Esperamos que las conversaciones se mantengan con la misma fluidez y que esta política se amplíe a las autopartes que es lo que tiene a la flota paralizada”, afirmó.
La larga rodada del ministro
Antes de estrenarse como la máxima autoridad del transporte en el país, Carlos Osorio, mayor general de la Fuerza Armada Nacional, fue ministro de Alimentación de la Región de Desarrollo Integral de Guayana y de la Región Central, y del Despacho de la Presidencia; también se desempeñó como coordinador del Estado Mayor contra la Guerra Económica y fue vicepresidente de Seguridad y Soberanía Alimentaria, además de presidente de la CVG, superintendente nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas, presidente de Pdval, de CASA e inspector general de la FANB.
En enero de 2017 fue sancionado por el gobierno de Estados Unidos por su responsabilidad en presuntos actos de corrupción relacionados con la importación de alimentos, área en la que ejerció importantes cargos entre 2010 y 2016. Debutó en el ámbito del transporte el pasado 3 de noviembre cuando fue nombrado presidente de la Misión Transporte y presidente encargado de la planta de autobuses Yutong Venezuela S.A., creada por un convenio entre los gobiernos de Venezuela y China para el ensamble de autobuses en el territorio nacional.