El 19 y 20 de abril extensas zonas de Valencia, Carabobo, estuvieron sin luz durante más de cinco horas y, pese a que los usuarios reportaron enseguida la falla, las cuadrillas de la Corporación Eléctrica Nacional se tardaron en acudir. Los sindicatos explicaron que la situación se debe a la orden de la empresa de que ningún trabajador ni unidad de transporte de las cuadrillas circule en las zonas donde se registren marchas convocadas por la oposición.
“El 18 de abril los trabajadores fueron sorprendidos con la comunicación de la empresa de que las cuadrillas no atendieran las emergencias eléctricas bajo el argumento de proteger al personal y a los vehículos de los violentos de la oposición”, afirmó una fuente del sector sindical que solicitó no mencionar su nombre.
Otra fuente indicó que “la orden de Corpoelec pretende poner a los usuarios en contra de la oposición para que le echen la culpa del atraso en la reparación de las averías, como consecuencia de las marchas u otras actividades ciudadanas pacíficas”.
Las fuentes advirtieron que la decisión de la directiva de Corpoelec es muy peligrosa para los usuarios, sobre todo si la interrupción del suministro eléctrico se presenta en la noche, dada la inseguridad que ahora se agrava con la actuación de los grupos armados, como los colectivos.
“Me cansé de llamar a Corpoelec. Estuvimos más de cuatro horas a oscuras y sin Internet para mantenernos informados de lo que ocurría en la ciudad con las marchas. La cuadrilla se apareció pasadas las 9:00 de la noche”, narró el miércoles un habitante del sector San Blas, en Valencia.
El jueves, los residentes de El Trigal, también en Valencia, estuvieron más de cinco horas sin electricidad, mientras que en Caracas los vecinos de la urbanización de La Florida y otras zonas aledañas reportaban por Twitter haberse quedado sin electricidad de dos a tres horas.
Problemas en las redes
Las fuentes eléctricas consultadas destacaron el abandono de los programas de mantenimiento preventivo y predictivo a las redes de transmisión y distribución del país, que abarcan 98% del país, con una extensión de 862 y 852 kilómetros, respectivamente.
“El mantenimiento que se hace es el correctivo, lo cual significa la reparación de una porción de la red o la reposición de un equipo o repuesto en las subestaciones cuando se presenta una falla”, explicó uno de los voceros. Agregó que el sistema eléctrico registra una alta obsolescencia de 60% y 70% de sus redes de transmisión y distribución que ya han cumplido su vida útil, y Corpoelec debería proceder a su sustitución y/o modernización.
Esto origina una gran fragilidad en las redes con constantes interrupciones en la prestación del servicio tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales y caseríos. Dichas fallas deben ser atendidas de inmediato por las cuadrillas, pero la situación se agrava también porque 70% de la flota de vehículos de Corpoelec está fuera de servicio, debido a que le faltan cauchos, repuestos o requieren reparaciones mecánicas.
Uno de los sindicalistas destacó que “la orden de no atender a los usuarios en las zonas de las marchas complica aún más la capacidad de respuesta ante una avería dado que solo 30% de la flota automotora está operativa”.
Señaló que las unidades adquiridas por la empresa en 2015 no son camiones cesta, sino camionetas tipo pick up a las cuales se les incorporaron escaleras inestables con el consiguiente riesgo laboral. “Tres meses atrás murió un trabajador en Río Chico al caer al vacío porque la escalera se tambaleó”, denunció.
Otro problema es la profundización de la inseguridad en las oficinas, subestaciones y redes porque Corpoelec suspendió hace tres semanas la vigilancia privada por problemas presupuestarios para cubrir ese costo. “Desde que arreciaron las marchas, la custodia de la Guardia Nacional Bolivariana está al mínimo y se realiza solo de día, lo que ocasiona mayores incursiones del hampa en las instalaciones. En la sede de Corpoelec, en Santa Teresa del Tuy, robaron equipos por un valor de 40.000 dólares”, dijo una de las fuentes.