La desesperación ante la falta de agua potable ha hecho que los ciudadanos caven huecos en los espacios de El Ávila para buscar manantiales y riachuelos y así abastecerse de líquido.
«Llenar cada botellón de 5 litros puede demorar 30 minutos”, explicó Carlos Acosta, quien vive en Guarenas y va hasta tres veces al día a llenar sus envases de agua.
El racionamiento al que está sometida la ciudad de Caracas ha provocado que muchos hogares no reciban el líquido desde hace meses, debido a la falta de mantenimiento de los embalses y la poca inversión en Hidrocapital, reseñó ABC.
«En el Junquito el agua no llega desde el 6 de marzo. Tenemos que ir a otros sectores a llenar los bidones para por lo menos cocinar. Hasta los bomberos han tenido que venir con sus camiones cisternas a suministrarnos agua», comentó Nelly Jiménez.
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