El paso fronterizo entre las ciudades de Ureña, en Venezuela, y Cúcuta, Colombia, se convirtió en el escenario de protestas por parte de niños y adolescentes que exigen la apertura de la frontera para recibir clases.
Un joven estudiante en San Cristóbal denunció que funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lo agredió cuando exigió reabrir el paso fronterizo en las adyacencias del puente Internacional Francisco de Paula Santander en Ureña, estado Táchira. »Los policías nos dieron con los puños y los escudos», relató el menor de edad.
«Queremos estudiar, queremos estudiar!», corearon los estudiantes y sus representantes frente a los funcionarios que no permiten el paso hacia la frontera colombo-venezolana.
Más de 4.000 niños se han visto afectados por el cierre de la frontera hacia Colombia luego que el 23 de febrero funcionarios policiales impidieran la entrada de la ayuda humanitaria proveniente de Colombia.