Los bajos salarios que no alcanzan para poder comprar alimentos, la inseguridad, la escasez de medicamentos e incluso la censura que les impide ejercer la profesión con toda libertad son parte de las razones que originan que numerosos periodistas decidan sacrificar su profesión y aprender de otros oficios para obtener una mejor calidad de vida en el extranjero.
La Encuesta de las Condiciones de Vida (Encovi) indica que más de 1.500.000 de venezolanos han salido del país durante los años 2016 y 2017.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa asegura que un total de 1.328 comunicadores sociales se han marchado del país desde 2012.
Francisco Javier Fernández, antropólogo y analista de datos en Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), explicó que Venezuela es el único país del mundo donde las personas están migrando por la crisis humanitaria.
“La migración venezolana en los últimos años aumentó y se está distribuyendo por el mundo, especialmente en los países de Latinoamérica y Estados Unidos (especialmente Florida). Muchos salen a Europa, aprovechando su ascendencia”, expresó Fernández quien aseguró que en Chile están aceptando a los profesionales venezolanos para solventar sus deficiencias laborales.
El Departamento de Extranjería de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) señaló que 11.000 venezolanos se encuentran en ese país. Aunque se desconocen las cifras de cuántos periodistas venezolanos viven actualmente en Chile, la mayoría de los profesionales son contadores e ingenieros.
La única solución es irse reflexionó Damaso Lugo, periodista venezolano de 30 años, quien dejó el país para instalarse en Chile hace dos años. “Anhelaba muchísimas más cosas que las condiciones económicas de Venezuela no me la podían dar. Profesionalmente pasé por radio, televisión, por medios digitales. Tengo experiencia en todos los medios, pero en mi país un profesional con un solo sueldo no alcanza para nada. Tienes que ser polifacético para poder vivir”, afirmó.
Relató que fue víctima de la inseguridad lo que lo convenció definitivamente para salir del país: “Caracas es una ciudad violenta, que te castiga, que te ciega y que no te deja disfrutar”, expresó el comunicador social quien aseguró que el gobierno durante los últimos 17 años convirtió a Venezuela en un país maltrecho.
El periodista venezolano viajó a Chile el 6 de agosto de 2016. ”Estar en otro país acompañado tiene una ventaja: cuando uno decae el otro te da fuerza”, expresó Lugo quien junto a su esposa trabajaron arduamente para poder ahorrar para comprar los boletos aéreos y alquilar su primer apartamento.
Lugo encontró trabajo en una papelería a las tres semanas de haber llegado al país, ahí estuvo dos meses. Después laboró en una agencia de marketing y paralelamente lo contrataron en el periódico digital Emol (los fines de semana y feriados desde las 5pm hasta las 2am).
“Yo me acostumbré a que los sumarios son bajadas. A que tengan punto mientras que en Venezuela no es así. Las cuñas son testimonios”, expresó el comunicador venezolano quien indicó que en el país donde reside existe pluralidad y diversidad, canales de televisión libres, emisoras libres en donde hay programas tanto de derecha y de izquierda.
De inmediato el venezolano se convirtió en papá lo que le dio fuerzas para salir adelante. Actualmente trabaja en una fundación dirigida por María Cecilia Morel Montes, primera dama de Chile, en la cual labora en el departamento de comunicaciones internas y externas.
La única solución es irse reflexionó Nelson Hernández, periodista venezolano de 24 años, dejó su país hace siete meses. “Recuerdo que un día escuché a los políticos opositores y entre la desesperanza me fui del país”.
El sueldo que ganaba no le permitía ser el sostén en su hogar. Sus familiares, que están en Panamá, España y Portugal, lo ayudaron para la compra del boleto.“Mi mamá gastó todos sus ahorros, se endeudó con el préstamo”.
Hernández partió por tierra el 14 de noviembre de 2017. Esperó tres días en Guayaquil, Ecuador, y realizó otra parada en Lima, Perú, para seguir el recorrido.
“Iba viendo como las demás personas se quedaban en la frontera. Había un joven que le habían robado el pasaporte, a otros no le reconocieron los documentos y a las personas que no traían los dólares suficientes se quedaban atrás”, “estás nervioso y preocupado solo piensas en llegar” expresó el joven.
El periodista venezolano llegó 10 días después, un viernes a Santiago. Se hospedó algunos días en la casa de su tía paterna Trina .Durante el fin de semana aprovecho a conocer la ciudad e investigar sobre la cultura y la economía.
Nelson se levantó el lunes temprano a buscar empleo, en sus manos llevaba 35 curriculums impresos. Recorrió panaderías, carnicerías, locales y restaurantes hasta llegar a la calle Antonio López de Bello eran las 5pm en el sector Bella Vista de la capital.
“Cuando entro a un local nocturno habían 30 chicos en una cola para solicitar empleo, yo era el penúltimo”, explicó.
Lo entrevistó Marcelo, el administrador y mejor conocido como el “Chino”, y le dijo lo siguiente: “mira yo veo un ángel en tí, estaba evaluando cinco aspectos y me das confianza”.
Al día siguiente el periodista venezolano se dio cuenta que de los 30 jóvenes solo seleccionaron a él. Desde el primer día de búsqueda encontró trabajo como: mesero, promotor y bartender.
La única solución es irse reflexionó Carlos Peña, periodista venezolano, su sueldo no valía nada cada vez que el gobierno aumentaba el sueldo mínimo. “Nunca pensé en salir o que en el principio tuve mente de irme, para nada, la situación me llevó a emigrar”, aseguró que no tenía dinero para buscar comida para su mamá y él.
Sin embargo, Peña considera que trabajó en un medio que le permitió realizar cosas positivas por el país con lo difícil es ejercer la profesión bajo este gobierno.
El joven venezolano deseaba encontrar un país donde pudiera crecer profesionalmente sin necesidad de huir de nuevo. Le gustó Chile porque es uno de los países más sólidos y estables en América Latina.
“Lo más difícil para mí fue asumir que me tocaba empezar desde cero que lo más seguro es que no volviera a ejercer mi profesión. Pertenecer a uno de los medios de comunicación más importantes de Venezuela lo perdía, lo dejaba. Aquí empiezas desde cero a nadie le importa si fui el mejor periodista. Simplemente soy un venezolano más, soy un extranjero”, expresó Peña cuando llegó a Chile.
Tardó dos meses en conseguir trabajo cuando llegó al país. “Fui garzón (mesonero) aprendí muchísimo de los dialectos. Cuando ya tenía seis meses residenciado conseguí trabajo como community manager”.
Actualmente, labora en una agencia de comunicaciones como community manager y periodista digital . El joven maneja las redes de un centro de sky, aseguró que siempre está aprendiendo nuevas palabras del dialecto chileno y sobre la nieve.
“Me gusta que todavía acá exista ese asombro con respecto al periodismo por sucesos (homicidios asaltos) todavía la gente no se acostumbra a que pasen ese tipo de cosas y cuando pasa algo importante, de verdad es noticia. No pasa como en Venezuela que son tantos y pasan por desapercibidos”, explicó Peña quien afirmó que reside en un país que le brinda seguridad.
El antropólogo Fernández explicó que el proceso de adaptación depende de las condiciones en las cuales las personas dejan el país. La cultura es un factor determinante. “Al final el individuo que se marcha de su país de origen se va adaptando poco a poco aunque extrañe su país”.