Los docentes de las universidades del estado Lara padecen como otros ciudadanos las consecuencias de la crisis humanitaria, pues 7 de cada 10 sufre alguna enfermedad crónica y no puede tratársela, además de que el sueldo no les alcanza para alimentarse adecuadamente.
Estos números se desprenden de un estudio que hizo el Observatorio de Universidades el año pasado, en el que recopiló datos sobre las condiciones de vida del cuerpo docente universitario. 36% sufre de alguna enfermedad crónica, como hipertensión o diabetes, pero no pueden comprar los medicamentos que necesitan.
Carlos Meléndez, de la OBU, explicó que este estudio se hizo en siete universidades, que incluyen autónomas, experimentales, privadas y el nuevo grupo de universidades con control directo del Ejecutivo, conocidas como bolivarianas.
El sueldo de un profesor universitario de mayor nivel en tiempo y escalafón del sistema público nacional es de 10 dólares mensuales. Esta es la razón principal por lo que no pueden comprar medicamentos, pero tampoco se alimentan adecuadamente, caminan largas distancias para ir a trabajar y a veces hasta con los zapatos rotos, asegura la OBU.
“La composición de su dieta está hecha en su mayoría por carbohidratos y en menor medida de proteína animal. Del total de entrevistados más de un tercio sólo come carne y pollo de 1 a 3 veces al mes, y más de 15% nunca come estos productos. Con respecto a la ingesta de pescado es mayor la ausencia del consumo, 42% nunca lo come y 34% apenas come de 1 a 3 veces al mes”, indica el estudio.
El observatorio además destaca que el sistema de previsión social no funciona y los docentes tampoco cuentan con beneficios sociales como las cajas Clap u otro tipo de subsidios.
“Es urgente mejorar el presupuesto universitario. Pero si hay áreas que son indispensables atender cuanto antes, como es el caso de salud de los docentes. Se podría promover jornadas médicas y establecer medidas para el otorgamiento de medicinas”, explicó Yelena Salazar, de la OBU.
A pesar de las dificultades, cuando se hizo la presentación de los resultados del estudio, todas las casas de estudio estuvieron de acuerdo en permanecer abiertas y presionar desde allí para la reconstrucción de las mismas, dijo Salazar.
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