Gelacio Segundo Vicuña Sánchez decidió escapar del Hospital Universitario de Maracaibo (HUM) en su segundo día de aislamiento porque no le proporcionaron agua ni comida.
Se hizo pasar por personal de albañilería del centro de salud cuando un agente de la Policía Nacional Bolivariana le interrogó en los pasillos.
– ¿Usted quién es, a dónde va?
– Soy trabajador de albañilería del hospital.
Lo dejó pasar. Presuroso, Gelacio caminó hacia uno de los accesos de servicio del hospital, reseñó VOA Noticias.
Desde Cabimas lo llevaron a Maracaibo en una ambulancia del Estado apiñado con otros contagiados. Le impidieron comunicarse con sus familiares.
HUM: hospital centinela del estado Zulia
Sus últimas horas habían rozado lo terrible. Visitó un centro de diagnóstico integral de Cabimas para chequearse una supuesta gripe, tres días antes, terminó en su aislamiento y traslado a un hospital de otro municipio.
“Le alternaban el oxígeno con otros pacientes, un rato para cada cual. No les daban agua ni comida, solo un suero el primer día y otro, el segundo”, denunció su sobrino Esteban Vicuña.
Estaban señaló que lo que motivó a su tío a fugarse del hospital fueron las tantas horas que tardó el personal del hospital en retirar los cuerpos de dos pacientes fallecidos en camas cercanas.
“Una enfermera le explicó que solo había cuatro camilleros para todo el hospital, con capacidad para atender cerca de 2.000 pacientes”, relató su sobrino.
La travesía
Una vez fuera, sin transporte alguno en la ciudad por la pandemia, Gelacio caminó durante horas y logró un par de aventones el día de su fuga. El 29 de julio llegó al Puente sobre el Lago de Maracaibo, la única vía de acceso a la Costa Oriental.
En la cabecera oeste de “El Coloso” contó cuán mal se sentía a los militares que custodian sus accesos. Lo montaron en un vehículo y lo llevaron hasta el otro extremo.
Allí, logró que otro conductor desconocido lo llevara a su venta de cauchos, en la autopista Lara-Zulia, cerca de su natal Cabimas.
La preocupación de los familiares
Sus familiares no dieron con su rastro en días. Ante la negativa del hospital y la morgue sobre su paradero, temieron que estuviese muerto sin ser identificado en alguno de los pasillos.
Eventualmente, un vecino de la cauchera llamó a los Vicuña Sánchez para confirmar que Gelacio había huido del HUM y que ya estaba en Cabimas.
Su estado de salud era débil. Lo trataron en casa con medicamentos recetados por médicos amigos. Le buscaron una bombona de oxígeno, reforzaron su alimentación. Mejoró en los siguientes tres días.
Sin embargo, se le hizo imposible respirar. Murió a las 6:00 de la tarde del 2 de agosto.
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