A las 6:30 am un río de personas se dirigía hacia las estaciones del Metro de Caracas como parte de su rutina diaria. Todos tienen un mismo fin: llegar a su destino en el menor tiempo posible.
Escucharon un anuncio. “Se les informa a los señores usuarios que, debido a una falla en un tren, el sistema presenta retraso”, dijo un operador en el altavoz.
El andén estaba repleto de caraqueños que tenían la esperanza de movilizarse. Algunos esperaron en las áreas de la estación, otros optaron por el transporte superficial y hay quienes decidieron caminar.
Alberto Vivas, miembro de la Asociación Civil Familia Metro, explicó en exclusiva a El Nacional Web que una de las fallas más recurrentes en los trenes de Línea 1 es la de tracción, que se produce cuando el tren no acelera porque no tiene suficiente energía para iniciar el movimiento.
Acotó que, ante esa falla, el tren debe ser remolcado. Para ello se debe colocar el freno de forma manual, apagar el tren y aislar el vagón de la falla. La operación usualmente dura 40 minutos; sin embargo, ha habido ocasiones en las que el restablecimiento del servicio ha durado más de tres horas.
Vivas indicó que las fallas de los trenes que prestan servicio comercial en la Línea 1 del Metro de Caracas, conocidos como “los españoles”, no pueden ser solventadas por el personal actual de la empresa.
«El problema con estos trenes es que no se puede saber con exactitud la falla que tienen porque fueron adquiridos sin garantía y sin manual de fallas, que indican los posibles percances que pueden presentar los trenes y cómo solventarlas. Esto obliga a la improvisación de los operadores», afirmó.
Una fuente relacionada con el Metro de Caracas, que prefirió el anonimato, confirmó la carencia de manuales de fallas y afirmó que los trenes se conducen en pilotaje manual y no en automático, como se acostumbraba.
“El pilotaje manual solo es para momentos de emergencia. Es una irresponsabilidad conducir trenes de esa manera, porque hay más posibilidades de que ocurra un accidente. Además, debería haber operador de trenes con un personal de mantenimiento en la cabina y no se hace”, dijo a El Nacional Web.
La Asociación Familia Metro rechazó el uso de ese tipo de trenes, cuando se firmó el contrato MC-4094 con el Consorcio Español Sistemas para Metro (CSM) para adquirir la nueva flota en el año 2008, debido a que podrían carecer de la certificación necesaria para funcionar, lo que calificaron como una «temeridad».
Esa advertencia se mantiene, pues la fuente indicó que el sistema Metro es inseguro para los usuarios.
“Es responsabilidad de la directiva que haya trenes con fallas de tracción o de aire acondicionado prestando servicio comercial. Ellos dan la orden a los trabajadores. Nosotros no tomamos la decisión de trabajar con un equipo que tiene fallas, sino la gerencia”, aseguró.
Las fallas en el funcionamiento no son un hecho aislado. La fuente puntualizó que el problema del servicio está en la falta de planificación, porque, a su juicio, la Gerencia no tiene un proyecto concreto para el sistema de transporte subterráneo.
«No tienen un proyecto claro para el Metro de Caracas. Por ejemplo: los milicianos reciben los tickets y luego los rompen para que pases porque los torniquetes no sirven. Ni siquiera para eso han planificado. Lo único que hacen es generar miedo en los empleados para que nada se sepa».
Recalcó que no hay repuestos y los pocos que se obtienen no son idóneos porque no son compatibles con el sistema original y tampoco tienen la misma calidad.
Además, de 48 trenes adquiridos, solo están en funcionamiento 22. El resto de ellos están desmantelados porque los técnicos usan las piezas para arreglar los otros.
La falta de formación del personal es otra de las variables que afecta al sistema. Vivas señaló que los empleados solían tener seis meses de formación, divididos en tres meses de instrucción teórica, dos meses de capacitación práctica y un mes de prueba. Actualmente, el proceso tiene una duración de 45 días y se desconoce lo que se les imparte.
Familia Metro se preocupa por el incremento de personal no capacitado dentro de la institución, pues la compañía recibió más de 1.000 renuncias por el pago de las utilidades debido a que los empleados opinaron que el monto era insuficiente para sus gastos básicos.