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Más de 19 neonatos han fallecido en el hospital Luis Razetti de Anzoátegui

por Avatar EL NACIONAL WEB

En el Hospital Luis Razetti de Barcelona, estado Anzoátegui, los niños mueren en las pocas incubadoras neonatales que se mantienen operativas. Los médicos no tienen insumos para atender a los pacientes que hace colas en las adyacencias del centro asistencial que se mantiene en decadencia por la falta de insumos.

Así lo describe la madre de Valery, quien tenía siete meses de embarazo y tuvo que ser llevada a la clínica por pérdida de líquido amniótico. Fue atendida por las únicas dos enfermeras que se encontraban de turno y se le fue practicada una cesárea de emergencia por su condición de sietemesina.

Los parientes expresaron que tuvieron que comprar los medicamentos porque la entidad no tienen suministros desde hace meses. Sin embargo, aseguraron que la cantidad de dinero invertido fue en vano, Valery murió a causa de un presunto paro respiratorio, junto a más de seis recién nacidos esa noche.

José Santoyo, activista por los derechos humanos, informó que en menos de una semana han fallecido al menos 13 infantes en Anzoátegui debido a infecciones intestinales causadas por una posible contaminación en el agua de la zona. “Los niños llegan al hospital con cuadros clínicos de diarrea y vómitos, los médicos han reportado de infantes que son internados con desnutrición”, afirmó el abogado para El Nacional.  

Los médicos informaron que la muerte de Valery se debió por un paro respiratorio, a pesar de esto, el cadáver de la niña fue entregado con hematomas debajo de sus ojos y una herida abierta en su pómulo derecho.

“Tenía unos hematomas en el rostro como si fuera recibido golpes, nosotros no entendemos qué le pudo suceder a la niña porque se supone que estaba con los doctores y las enfermeras”, afirmó Laura González, tía de la criatura.

González aseguró “que en el hospital también existe un brote de sepsis”, una reacción del organismo provocada por virus y bacterias, que pueden causar la muerte. “Si un niño se salvaba esa noche, era un milagro de Dios”, comentó la mujer.  

Relató que los pacientes deben ir acompañados aunque sea con un familiar que le pueda sostener el suero en los pasillos de la clínica. La falta de camillas genera que las personas tengan que llevar una colchoneta o pedazos de cartón para poder sentarse y recibir tratamiento.

“No puedo describir los olores que ese sitio emana, muchas personas hacen las necesidades en cada esquina porque no hay baño ni personal de limpieza. No tienen ni una sola servilleta, o agua para limpiar las paredes”.

El testimonio de la mujer afirma que los bebés que se encuentran en incubadoras son privilegiados. Otros son remitidos a otros hospitales por la falta de medicinas. Los niños más grandes son ubicados en las camas de urgencias infantiles, en donde tienen que dormir uno al lado del otro mientras que las cucarachas e insectos merodean el lugar.

En las instalaciones, los parientes también son los encargados de asear la sala con desinfectante o cloro, un esfuerzo que muchos padres hacen por la falta de aire acondicionado en la entidad.

González exigió a las autoridades que dejen ingresar la ayuda humanitaria a Venezuela, a pesar de que, Nicolás Maduro negara que existe una crisis de salud en el territorio. “Esos seis niños que murieron fueron solo ese día, quién sabe cuántos más morirán cada día porque en el hospital, en ese lugar los médicos trabajan con las uñas”, enfatizó.

Hace dos meses, 20 recién nacidos murieron en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Luis Razetti. Los bebés fallecieron en menos de un día, entre la noche y la madrugada del miércoles 12 de diciembre a causa de una bacteria.

El personal médico contabilizó al menos 70 bebés muertos por desnutrición, falta de incubadoras o bacterias en algunas áreas del recinto de salud durante noviembre de 2018. José Santoyo explicó que un informe reveló que durante ese año fallecieron alrededor de 680 neonatos en las instalaciones de este centro de salud, y que 70 de ellos fueron registrados solo en noviembre pasado.

No queda nada en el Razetti: ni medicinas, mucho menos papel para los informes médicos. Los quirófanos se encuentran clausurados por falta de instrumental desde hace meses. A las madres solo les queda rezar a los monitores que reflejan la vida de sus hijos, su pitido es la única señal de esperanza entre tanta miseria.