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Maru Morales: «Desde donde esté seguiré informando»

por El Nacional El Nacional

Desde 2010 el diario gira entre la fuente electoral y la parlamentaria de la sección de Política. No lo pensó dos veces.  Maru Morales escogió la segunda, a la que llama «la fuente de la democracia». 

Tanta es su pasión que quiere hacerse viejita buscando la noticia en el histórico Palacio Federal Legislativo. «Lo que pasa es que no se sabe si habrá Asamblea Nacional o si nos van a permitir tener un periódico impreso donde escribir; pero desde donde esté seguiré informando», expresa. 

Morales es una de las dos mujeres del grupo de reporteros de Política. La dedicación, precisión y disciplina que plasma en cada línea que le regala a sus lectores la hicieron merecedora este año del Premio Miguel Otero Silva, reconocimiento que otorga El Nacional al periodista más destacado del año por la calidad de sus reportajes e investigación. 

Se enteró de que la habían premiado por una compañera que la llamó para felicitarla, sin saber que la gerencia editorial aún no se lo había informado. De inmediato brindó con su esposo. 

Al día siguiente, en su escritorio, donde tiene ilustraciones del Parlamento y fotografías en las que aparece con su hijo, su pareja y ex compañeros de trabajo.

El Nacional se convirtió en su segunda casa, esa que le regaló la experiencia de reconocerse como periodista. Debió elebió la noticia de manera oficial. «Traté de poner mi mejor cara de sorprendida, pero ya me habían dicho», recuerda y se ríe, quien ese día además estrenó un cambio de look. 

«Estoy muy contenta porque el Premio Miguel Otero Silva se lo han dado a mucha gente que admiro». Para ella es una buena noticia «dentro de tantas cosas adversas que ocurren en el país». Lo recibe como un reconocimiento de sus compañeros, con quienes comparte todos los días de trabajo. 

Compromiso y Pasión 

Maru Morales también ha sido merecedora de otros galardones por parte de instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales durante los 21 años que ha ejercido la profesión. Su motor de trabajo es la responsabilidad frente al lector «que tiene el derecho de recibir la información más certera y transparente». Asegura que en los actuales momentos del país el compromiso es mayor. 

En cierta forma, es la periodista más centrada de la sección. La práctica de meditación budista, que logra alternar con sus otras labores, le ha servido para mantenerse serena en los días en que las noticias no tienen fin y la redacción convulsiona. 

Su mensaje para la familia del periódico es que en los momentos de desesperanza hay que tomar un respiro, pararse del escritorio, estirar las piernas y pensar en la historia. «El país y El Nacional han pasado por momentos difíciles, pero de una u otra manera siempre han salido adelante».