La solidaridad nutre poco a poco el Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela. Todos los sábados, desde hace dos meses, la institución ha abierto sus espacios a voluntarios que deciden aportar tiempo y esfuerzo para reactivar este pedacito de Patrimonio Cultural de la Humanidad que es parte de la Ciudad Universitaria de Caracas.
A pocos metros de la entrada, ayer un grupo de personas trabajaba bajo el sol en el desmalezamiento del terreno con guantes, tijeras, machetes y rastrillos. “Nos enteramos de la iniciativa y quisimos ayudar”, dijo Julio Quiroga, empleado de Alimentos Polar que reside en el 23 de Enero.
“Para mí esto es una analogía con el país; si no hacemos un esfuerzo por mantener nuestros espacios, quedaremos con un jardín marchito”, expresó otra voluntaria de la parroquia El Valle.
Desde 2015 el Jardín Botánico de la UCV ha sido víctima recurrente de hurtos y destrozos a sus instalaciones, pero este año los actos vandálicos se han intensificado, y con saña: ha sido despojado de herramientas para el mantenimiento, hasta de lavamanos en el edificio que alberga la Biblioteca Henri Pittier y el Herbario Nacional de Venezuela. “Cerramos la puerta como un acto simbólico, pero no hay lugar por donde no hayan irrumpido. Es prioridad reactivar el servicio eléctrico”, dijo Yaroslavi Espinoza, investigadora del Instituto Experimental Jardín Botánico.
“Es una tragedia que estemos parados. Este es el oscurantismo de la investigación botánica. Lo que más nos duele es que se puedan perder las muestras del herbario, porque no están dadas las condiciones de conservación por la falta de aires acondicionados que se robaron”, expresó. Los libros de la biblioteca también corren riesgo de dañarse porque son susceptibles a hongos y bacterias.
El camión cisterna, el vehículo para recoger los desechos vegetales y la camioneta con que contaban para realizar los trabajos de campo también sufrieron los embates del hampa.
ONG, fundaciones, asociaciones y hasta entidades bancarias han donado equipos y ejecutado sus proyectos de labor social en el Botánico. Espinoza indicó que también han acudido centros de estudiantes y particulares no solo de Caracas, sino de Valencia y Maracay. Hay colegios que ya los han contactado para, con el inicio del año escolar, incorporarse a las jornadas de apoyo a través del servicio comunitario de sus estudiantes. A la fecha han logrado abarcar 4 de las 10 hectáreas del terreno en plano que tiene el jardín.
“Las campañas que hemos emprendido son también para que las autoridades universitarias y del Estado presten atención a esta situación que es de emergencia extrema”, dijo.