Comprar o alquilar una planta eléctrica se ha convertido en una necesidad básica para ciudadanos, empresas, comercios y cualquiera que no pueda permitirse quedarse parado por un corte de electricidad y sin un equipo con el cual conseguir luz en medio del apagón en Venezuela.
Marcos Freire tiene una licorería en el este de Caracas. Su negocio va viento en popa porque «el licor en Venezuela se vende muy bien», pero desde hace tres semanas mantener las puertas del local abierto le cuesta alrededor de 40 dólares diarios.
Esa es la cantidad de dinero que pagan él y los dueños de los demás comercios de la cuadra para alquilar una planta eléctrica por día. »Hay que trabajar, aquí estamos para trabajar no estamos para estar metidos en la casa descansando, hay que buscarle la vuelta a todo aquí en Venezuela», dijo el empresario de 28 años de edad.
Aseguró que la opción del alquiler es por el momento la única que se puede permitir para tener una planta, porque el costo de un equipo propio «es muy elevado aquí». Incluso pagando por días el costo sube, un equipo de 100 kilovoltios-amperios cuesta unos 350 dólares diarios.
Freire lleva con el equipo cerca de tres semanas. «Esperemos que la solución sea lo más pronto posible, ya», expresó.
Las peticiones de grupos electrógenos y máquinas de respaldo se dispararon después de que el 7 de marzo pasado un apagón dejó a oscuras casi todo el país por cinco días. «Nuestros clientes no previeron toda esta situación de emergencia en el ramo residencial, el comercial y la macroindustria, en cuanto a mantenimiento e instalaciones de nuevos equipos», expresó Gabriel Vázquez, directivo de una empresa del sector.
De repente, se encontró con que mucha gente de la Gran Caracas comenzaron a llamarlo.
«Todo el stock que teníamos para la venta ya lo liquidamos en estos días, en un par de semanas; todo salió a partir del apagón del 7, tanto maquinitas portátiles que la gente desesperadamente se las lleva para uso en el apartamento y maquinas ya estables, estacionarias en residencias casas o edificios», contó.
La empresa de Vázquez lleva diez años en el mercado venezolano. Con camiones llevan las plantas eléctricas hasta el lugar donde lo requiere el cliente, y lo estacionan allí en el caso de los servicios de alquiler de corta duración, o dejan el equipo instalado en el caso de los de más largo plazo. «El negocio se ha hecho muy popular sobre todo en el tema de alquiler, y se va a seguir haciendo más popular a raíz de todo esto que estamos viviendo», dijo.
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