Andrés Ruiz, de 31 años de edad, duerme en una colchoneta dentro de un a habitación que comparte con otros venezolanos. El licenciado en Música del Conservatorio de la Universidad de los Andes (ULA) pasó de dar clases en un liceo en Venezuela a trabajar como músico callejero en Perú.
Ruíz viajó durante varios días para poder llegar a Lima.“El viaje por Ecuador duró siete días, hemos dormido en el suelo, con las maletas; pasé por la frontera de Rumichaca en los días que la fila era de 5.000 a 7.000 personas del lado ecuatoriano”, reseñó El País de España.
El dinero que ganaba en Venezuela no alcanzaba para mantener a su hija de tres años y a sus padres, por lo que decidió establecerse en Perú.
Al igual que Ruíz, Yannely García, una venezolana de 21 años de edad, viajó a Perú para ayudar a su familia. La licenciada en Contaduría de la ULA, y estudiante de Educación, realizó un viaje de seis días desde San Cristóbal, estado Táchira, hasta Tumbes
“Somos cinco hermanos, viajé para ayudar a mi familia porque estaba gastando mucho en los estudios: las fotocopias, por ejemplo, salían muy caras. Llevo ya tres meses en Perú y el primer mes y medio lo único que conseguí fue limpiar apartamentos, era agotador”, comentó García.
Ambos venezolanos trabajan en Gamarra, una zona a donde más llegan los migrantes venezolanos y donde los minoristas adquieren prendas de vestir a bajos precios.
En los locales de Gamarra trabajan muchos venezolanos, mientras que en las calles otros venden café, accesorios para mascotas o comida.
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