Este lunes el diario El Nuevo Herald publicó un reportaje en el que refleja los obstáculos que deben pasar los adultos mayores para obtener el efectivo de sus pensiones.
«Los venezolanos de la tercera edad están entre los que más sufren el impacto del colapso económico de Venezuela, donde la escasez de alimentos y medicinas es crónica», dice el periodista que firmó el trabajo, Gustavo Ocando.
Un señor de 84 años de edad tuvo que hacer en Maracaibo una cola de ocho horas frente a un banco del gobierno para obtener el dinero. Como otros, temía que tuviera que irse a su casa con las manos vacías, como ocurrió en agosto, cuando fue en vano su viaje de tres horas desde Paraguaipoa, cerca de la frontera con Colombia. Ese mes no le pagaron la pensión. “No podré comprar casi nada, incluso si nos pagan”, se quejó.
Una pensión apenas son 177.000 bolívares al mes, mientras que un kilógramo de harina, arroz o granos pueden costar hasta 30.000 bolívares. El presupuesto completo del señor de 84 años para viajar y tomar un desayuno el día en que esperó en la cola era de 40.000 bolívares.
María Soto, una jubilada de 76 años, dijo para El Nuevo Herald, que tiene que invertir toda su pensión en los medicamentos cuando los encuentra. No tiene expectativas de que Venezuela experimente una mejora con Nicolás Maduro en el poder. «Esto es una tragedia. La gente dice que Maduro es un dictador, pero es mucho peor. Es un fabricante de hambre».
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