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Hegemonía Comunicacional en tiempos de Maduro: censura e intimidación

Los cambios en el régimen comunicacional instaurados desde el gobierno del fallecido Hugo Chávez han creado un panorama en el que el periodismo enfrenta nuevos retos para difundir información veraz

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“Para el comunicador social, informador u opinionista que sea, que en la presente circunstancia, cada vez que escribe o habla, tiene que negociar lo que va a decir o escribir con sus principios morales y deontológicos, sus preferencias políticas, las normas no escritas de la política editorial del propietario del medio, los grandes axiomas constitucionales, la Ley Resorteme y terror de los comisarios políticos de Conatel y Cesspa ¡Seis tribunales escudriñándolo!”
ANTONIO PASQUALI

Nicolás Maduro hereda la presidencia de la República de Venezuela en abril de 2013. El país comenzó un nuevo gobierno, cuya promesa política fue darle continuidad a ese socialismo del siglo XXI pregonado por su antecesor, Hugo Chávez.

La primera vez que el fallecido presidente habló del socialismo del siglo XXI fue en el 2005. Lo describió como una vía alterna: “Si no es el capitalismo, es el socialismo” y este había que inventarlo.

A partir de ese momento, los cambios graduales del país se fueron acrecentando y cambiaron completamente la dinámica social, económica y política del país. No se sabía realmente qué era ni adónde se dirigía; sin embargo, dieron algunas luces de lo que se necesitaba para su realización.

“Nuestro socialismo necesita una hegemonía comunicacional y todas las comunicaciones tienen que depender del Estado como bien público”, expresó Andrés Izarra, ex ministro de Comunicación e Información en 2008.

En 2007 salió RCTV de las pantallas de los venezolanos y fueron cerradas varias estaciones de radio a nivel nacional. ¿Era parte esto de la necesaria hegemonía comunicacional para el socialismo del siglo XXI?

El caudillo carismático que llegó para cambiarlo todo

El mundo comunicacional en Venezuela no siempre ha sido como es ahora. “Antes el sector privado-comercial era dominante en cuanto al número de unidades comunicacionales y el sector de medios públicos u oficiales era realmente mínimo, no solo en relación a la cantidad de medios sino también por su impacto conformado por la Radio Nacional de Venezuela, el canal Venezolana de Televisión y una agencia de noticias”, indicó el investigador Marcelino Bisbal.

La alteración del régimen comunicativo, según Bisbal, comenzó en el golpe de estado del 2002 y los primeros dos meses de abril de 2003, en el que los medios de comunicación tuvieron un rol importante en la manera en cómo se transmitieron los sucesos.

“Es a partir de este momento, en el que el gobierno se percata que está en minoría frente al número de unidades comunicacionales que tiene el sector privado, surge una plataforma de medios y comienza el diseño de políticas comunicacionales de carácter gubernamental hasta el presente”, señaló el también director de AB Ediciones.

Actualmente, ese número de unidades comunicacionales ha aumentado y se ha diversificado. Teniendo ahora cinco canales de televisión, el circuito de Radio Nacional de Venezuela con 11 estaciones que se escuchan en todo el territorio nacional, periódicos de gran circulación como Correo del Orinoco y Ciudad CCS, desarrollo en los medios alternativos (también llamados del tercer sector) con 244 radios comunitarias y unas 36 televisoras comunitarias.

Se venden medios, pero no se compran periodistas

Daniel Palacios, periodista y próximo a publicar un libro acerca del tema, explicó que la hegemonía comunicacional pretende controlarlo todo, es un mecanismo de sumisión social bajo la premisa de no informar para que el ciudadano no tome decisiones: “Un ciudadano desinformado está en desventaja”, puntualizó.

El nuevo orden comunicacional implantado de forma paulatina en el país funciona de múltiples maneras. En el comienzo del gobierno de Nicolás Maduro fueron vendidos medios de comunicación tales como Globovisión, Cadena Capriles (Últimas Noticias y El mundo) y Notitarde que, al parecer, bajo una transacción económica se escondió el cambio en las líneas editoriales.

El Pitazo, Efecto Cocuyo, Tal Cual y Runrunes son medios de comunicación que nacieron para hacerle frente a la censura que pretende la hegemonía comunicacional. Surgieron conscientes a lo que se estaban enfrentando”, precisó Palacios.

Otro elemento que repercutió en el surgimiento de los nuevos medios fue la creación del Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM) en 2013, que tiene el monopolio de papel prensa, ya que generó la desaparición temporal y, en algunos casos, definitiva de periódicos regionales por la falta de papel, lo que obligó a muchos periodistas migrar al espacio digital.

“Venezuela migra al mundo digital obligados por la fuerza de las circunstancias, por el contexto al que nos estamos viendo obligados en términos políticos. Entonces, no fue un proceso natural de evolución de un soporte a otro”, afirma el investigador Bisbal al respecto.

Libertad de expresión bajo asedio

Infografía: Crysly Egaña/ Elaboración  propia con información de ONG Espacio Público

Las violaciones más frecuentes a la libertad de expresión en Venezuela entre 2013-2017 son intimidación y censura, de acuerdo con los informes anuales de la ONG Espacio Público.

Los puntos más álgidos fueron en 2014 y 2017, debido al contexto político caracterizado por protestas antigubernamentales en las que a los periodistas se les impidió la cobertura. También sufrieron despojo de equipos y agresiones por registrar o intentar difundir información.

“Cuando los medios de comunicación alertan que las libertades están en riesgo, el gobierno automáticamente los convierten en adversarios que se tienen que minimizar y derribar”, refiere Palacios.

A pesar del contexto en que se vive actualmente, aún se cuentan con pequeños héroes de la cotidianidad: “El día que tenga que autocensurarme me retiro de ese medio”, sentenció.

Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público, afirmó que el reto es muy grueso, razón por la que se tienen que ver las oportunidades para construir espacios, de manera que el periodismo siga resistiendo: “Cuando se defiende al periodismo, se defiende la libertad y eso es defender la democracia”.

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