—¿Ha perdido ética el venezolano?
—Unos sí y otros no, a veces sí y otras veces no. Como la canción.
—¿Y legislación?
—Tiene demasiada y la mayoría no se aplica; y lo peor, no sirve.
—Y los medios de comunicación, ¿qué han perdido?
—Casi todo, pues la falta de libertad de expresión es tan terrible como la falta de papel. Los del gobierno no tienen audiencia.
—¿Alguna ganancia?
—¿Para quién? Este es un juego de perdedores, todos perdemos al someter a los medios de comunicación y limitar la libertad de expresión y de información.
—¿Fue ético el 20-M?
—El régimen violó las normas éticas y también las jurídicas. El país demostró que tiene muchas fuerzas morales con esa manifestación de silencio.
—¿La ética “revolucionaria”?
—Es maquiavélica: el fin justifica los medios. Lo demás será dentro de 5.000 o 6.000 años (Mao dixit).
—¿De la oposición?
—Hay muchas formas éticas en la oposición, todas válidas y actuales. A veces se abusa de la postura ética y se olvida la política.
—¿De los poderes públicos?
—La ética del Ejecutivo es igual a la ética revolucionaria, y la del Judicial todavía peor. Se salvan individualidades.
—¿De la AN?
—Es una ética democrática, que no es fácil de aplicar y entender por las diferentes posiciones. Sin embargo, a diario demuestran su accionar democrático.
—¿De la constituyente?
—Es una demostración de lo ilegal e ilegítimo que es el régimen. Esa constituyente no tiene rastros de la verdadera ética. Es una evidencia del maquiavelismo de la ética revolucionaria.
—¿La inmoralidad nacional?
—Se observa en el afán de comprar la conciencia del pueblo con hambre mediante las bolsas CLAP.
—¿Lo amoral?
—Es el riesgo de las llamadas revoluciones marxistas: desaparece la supuesta ética capitalista. Aparece la ética revolucionaria maquiavélica y hay que esperar siglos por la ética marxista. Entretanto las sociedades se desorganizan y pierden normas y principios.
—¿El prejuicio sempiterno?
—El de la izquierda, que siempre cree que ellos son los únicos que quieren transformaciones en las sociedades. En realidad son antievolución y antitransformación.
—¿La ética de los organismos internacionales que sancionan al régimen venezolano?
—Se han reivindicado después de que estuvieron ciegos por mucho tiempo con el régimen chavista-madurista-castrista. Han hecho uso de nuevas y verdaderas pautas éticas.
—¿La del régimen respondiendo a estos organismos?
—Viven en el “como si” no está pasando nada.
—¿Y la del diálogo?
—Esta no es pregunta para un Ping pong, sino para el Mundial. Debe dialogarse siempre.
—¿Sería ética una intervención armada?
—Ninguna guerra ni violencia armada es ética. Puede ser necesaria, históricamente conveniente o hasta “políticamente correcta”, pero ética jamás.
—¿Extraña la “objetividad” periodística de otros tiempos?
—No. La “objetividad” periodística nunca existió. Hay que trabajar la imparcialidad y mejorar en lo posible la investigación para no transmitir hechos distorsionados o falsos. Extraño el buen periodismo en muchos medios, aquí y afuera, siempre.
—¿Un consejo ético a los medios independientes que sobreviven?
—No olvidarse de los trabajadores, periodistas y comunicadores, que son el nervio fundamental de la información noticiosa veraz, oportuna e imparcial.
—¿Han actuado los medios conforme a la legislación vigente?
—Los medios independientes han sobrevivido a pesar de ese entramado jurídico; es decir, la legislación hecha para limitarlos y molestarlos.
—¿La ética de Conatel?
—Preferible no opinar. Se crea en el socialismo, a pesar de existir una Constitución y una ética democrática.
—¿Una recomendación a los medios oficialistas?
—Que asuman abiertamente que no son medios de comunicación, sino de propaganda; así al menos resultarían más verdaderos.
—¿Necesita otra “cartilla” el periodista?
—Siempre tenemos que estar poniéndonos al día en nuestros conocimientos. En cada momento aparecen con la tecnología retos y desafíos éticos para los periodistas. Tenemos que estar alerta, más que tener una cartilla.
—¿Se autocensura?
—Más bien me autorregulo. Puedo ser deslenguada, según mis hijos y amigos; y entonces, conscientemente, me callo.
—Columnista de Últimas Noticias, ¿le cambiaría algo?
—Como columnista, no tengo nada que lamentar. Me han dado mucha libertad.
—¿Atentan las redes sociales contra la ética del periodismo?
—Otra vez como la canción: a veces sí, a veces no.
—¿Existe la publicidad antiética?
—Por supuesto, como todo en nuestra vida. La actividad publicitaria puede transformarse en propaganda y pierde su esencia.
—Profesora de Ética y Legislación en la UCV, ¿qué tal sus bases morales hoy?
—Fui profesora durante 50 años. Siempre me siento orgullosa de nuestra casa que vence la sombra. La ética y la moral de la UCV están resguardadas por sus profesores, estudiantes, empleados y trabajadores. Habrá ovejas negras, pero son la excepción.
—¿Un rector ético?
—La gran mayoría lo han sido. El rector magnífico, Francisco De Venanzi; la rectora insigne y luchadora por los principios universitarios, Cecilia García Arocha.
—¿La ética necesaria?
—La que se enseña en los primeros años: no robar, no matar, creer en uno mismo, para no envidiar. Estudiar y luchar, como la vieja consigna de mis tiempos de estudiante. Ser honesto y sincero. Amar a Dios sobre todas las cosas. Sería bastante si regresamos a eso y a la regla de oro: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”.
—¿La legislación necesaria?
—Tiene que surgir de un cuerpo de legisladores honestos y democráticos. Si los dejan trabajar, la AN la podría hacer.
—¿Una cura para la baja moral nacional?
—No creo que hay una baja moral nacional, lo que hay es un gentío con hambre y desesperado.
—¿Trasciende la ética ver familias comiendo de la basura?
—Por supuesto, es un golpe a nuestra sensibilidad ciudadana. Decía Bertolt Brecht: “Primero comer, después la moral”.
—¿Se legisla debidamente sobre los presos políticos?
—¿Cuál legislación para o sobre los presos políticos? Ni siquiera para los pobres presos comunes. Es una calamidad.
—¿Habrá legislación para gente muriendo por falta de medicinas?
—Debería haber la declaratoria de crisis humanitaria, pero eso requiere de gente con ética en el gobierno. Y como no existe…
—¿Un poder electoral con ética?
—Fuera de los tiempos de dictadura y en este largo proceso, los consejos electorales reconocían la verdad. No recuerdo quién era el presidente de ese organismo cuando el doctor Caldera ganó por unos 30.000 votos. ¿Se imagina eso posible con estas?
—¿Un educador ético?
—Siempre lo digo, tuve una gran suerte. Mis profesores fueron maravillosos. Eran congruentes, ninguno cometió actos antiéticos. No puedo evitar decirlo, pero mi padre, Humberto Cuenca, profesor de Historia del Periodismo, me dio enseñanzas inolvidables.
—¿Un político?
—Hay muchos políticos éticos, aun cuando aquí cueste reconocerlo. En este momento los jóvenes están dando un gran ejemplo, a pesar de las envidias. Me costaría seleccionar alguno. Los admiro mucho a todos.
—¿Un presidente ético?
—El que más me gustó siempre, ¡oh sorpresa!, fue el general Isaías Medina Angarita.
—¿Un militar?
—Además del anterior, creo que Wolfgang Larrazábal. Demostró ética, honestidad, rectitud y democracia.
—¿Y la ética militar?
—De eso no sé; y, como decía el filósofo vienés, “de lo que no se sabe, no se hable”.
—¿Entre la izquierda y la derecha?
—En la sociedad hay muchos tipos de ética. Pero la ética idealista es la única universal y que nos sirve a todos. Al confundirse con el marxismo, la ética de la izquierda desaparece.
—¿Qué pasaría en Venezuela si hubiese un gobierno con un mínimo de ética?
—Hace rato habrían declarado la crisis humanitaria y permitido la ayuda que se necesita.