La filtraciones en la infraestructura de la iglesia de la Ermita, en San Cristóbal, Táchira, ponen en peligro inminente al patrimonio religioso.
Los paredes y techos de arcilla se han debilitado por las lluvias y la falta de mantenimiento desde hace siete años, reportó el diario local La Nación.
Las autoridades religiosas han dado alertas, pero los costos de inversión son millonarios. Hay promesas por parte de representantes de la administración de Nicolás Maduro para asignar los recursos necesarios y evitar que ocurra la tragedia anunciada: el desplome del techo y paredes, pero hasta ahora nada ha sido aprobado.
En época de lluvias el agua cae dentro del templo y las paredes se sienten húmedas.
La obra fue emprendida por el fallecido monseñor Raúl Méndez Moncada. Es un templo de nave central y dos laterales, con robustas columnas que sirven de soporte a un techo abovedado. En sus altas paredes lucen hermosos y amplios vitrales. Y sus filtraciones son visibles para todos los visitantes.
“Hay un proyecto sobre todos los daños en el templo, incluso se envió a la Conferencia Episcopal de España, en Madrid. El problema es que se presentó la pandemia y todo se paralizó. La inversión prevista hace meses está sobre los 200.000 dólares (más de 100.000 millones de bolívares), pero ahora, imagino, es mucho más dinero”, informó Nepomuceno Hernández, párroco de la iglesia.
Los daños abarcan también la casa parroquial, considerada una de las más grandes y hermosas de la Diócesis. “Ya algunas partes están inhabitables, ante las filtraciones que presentan”, declaró.