Por cuarta vez en un año, 70% del área metropolitana de Caracas quedó sin servicio de agua el martes 24, cuando Hidrocapital anunció la suspensión del suministro por “fallas en el sistema Tuy III” debido a una avería en la estación de El Cafetal que ese día, en la noche, fue reparada, informó la empresa estatal.
El servicio, suspendido dos veces en abril, dejó otra vez no solo secos a los caraqueños que viven en los sectores más densamente poblados, sino que también agravó la emergencia que viven los hospitales desde hace más de una semana.
El hospital Dr. José Ignacio Baldó, en El Algodonal, por ejemplo, no tiene suministro de miércoles a domingo de cada semana, y los médicos y pacientes auxilian sus emergencias con perolitos, afirmó la médico Marietta Rea.
El ingeniero Norberto Baussón, ex vicepresidente de Operaciones de Hidrocapital, argumenta que nada de esto tendría que ocurrir. “En la ciudad capital existían 25 pozos estratégicos para reforzar el servicio que suministraban los 3 sistemas de abastecimiento y distribución de agua para la región metropolitana de Caracas: Tuy I, Tuy II y Tuy III (construidos entre los años 1950 y 1970, y mejorados entre 1980 y 1990). Fueron creados por Hidrocapital durante la crisis de agua de 1992 mientras se concluían las obras de Taguaza y era considerado un plan de seguridad de Estado. Estaban ubicados en Montalbán, El Paraíso, en otros sectores de Caracas, pero fueron abandonados”.
Afirma que durante la reestructuración de la empresa hidrológica de Caracas, que presidía José María de Viana, también todos los hospitales del área metropolitana de Caracas ubicados estratégicamente en partes bajas, fueron dotados de sus propios pozos profundos que funcionaban como sistema alterno cuando se presentaba alguna falla en el Acueducto Metropolitano.
“Se previó la construcción de esos pozos porque los hospitales que reciben el suministro de los sistemas Tuy II y Tuy III debían ser abastecidos con 100% de agua potable. Hidrocapital tuvo convenios con esos centros de salud para garantizar el servicio si requerían de alguna reparación, pero todo eso se perdió”, asegura Baussón, quien dirigía las operaciones de la hidrológica en esa etapa.
En su opinión, la recurrente suspensión del servicio se debe a que el sistema Tuy III y la ética corporativa se están cayendo a pedazos. “El agua, de todos los servicios, es el que más depende del sistema eléctrico y al fallar la electricidad y no tener respaldo de equipos, la capacidad de reserva está en cero”.
Considera que ofrecer camiones cisternas para aliviar la crisis es una señal de ignorancia sobre el tema. “Si partimos de que por cada segundo entran a Caracas 14.000 litros de agua, se necesitarían mucho más de 100.000 camiones cisternas cada día para distribuir un poco en la capital, en caso de que hallaran dónde llenar el vehículo, y eso es imposible. Los camiones cisternas son ahora como las bolsas CLAP. Es un reparto en cantidades miserables para la población”.
Con agua de lluvia
Leonardo León
Centenares de merideños salieron a la calle el martes en la noche para bañarse con agua de lluvia y recoger en pipotes, debido a que llevan más de cinco días sin el servicio. Mujeres, hombres niños y algunos ancianos aprovecharon el torrencial aguacero para bañarse en improvisados chorros de agua que cayeron sobre calles y avenidas desde los techos de viviendas y edificaciones. También los planteles de la ciudad suspendieron las clases por la escasez de agua, producto de las fallas que se han reportado en las principales plantas de la potabilización de la capital merideña.