«¿Quién está pinchando (tuiteando)?». Son las 8:00 am y las visitas en la web de El Nacional superan las 10.000, algo aceptable para la hora. «Vamos a llevarlo a 12.000, míster». Es la más clara característica de lo que enseña Eduardo Ponte a los periodistas de «la Fábrica»: no conformarse con lo logrado y no solo como un aporte a la empresa, sino asumirlo como filosofía de vida.
Siendo gerente editorial web se unió a los reporteros que salían para informar en tiempo real el desarrollo de los cuatro meses de protestas antigubernamentales. En menos de 10 minutos mandaba por whatsapp al menos 20 fotografías y audios. Todo eso bajo arremetidas con lacrimógenas y perdigones. Y hasta le daba tiempo de decir: «¿Aló? ¿Les llega lo que les mando? ¡Respóndanme, por favor!».
Las aventuras del ganador del Premio Henrique Otero Vizcarrondo en las manifestaciones quedaron reflejadas en uno de los tantos retratos que adornan Altamira gracias a Inside Out Project. «Mucha gente me pregunta: ¿Si eres el gerente por qué sales a reportear en la calle? A mí Nelson Bocaranda me enseñó algo y es que uno nunca deja de ser reportero. Puedes ser dueño de un medio, la persona más importante del periodismo o tener 80 años, pero nunca dejas de ser reportero».
Debido a que habla alto, claro y directo, a veces provoca salir corriendo. Sin embargo, tiene la virtud de creer y apoyar a su personal, sin importar su edad. Se mantiene optimista a pesar de la crisis y presta libros de crónicas para mejorar la escritura. «Monstruo, ¿cómo vas con ese trabajo? Dale duro con eso, papá, que vamos a llegar tarde».
Desde pequeño supo que quería ser periodista. Con una grabadora entrevistaba a su mamá y sus abuelos. En el colegio fundó junto con unos compañeros un periódico y una emisora de radio que se escuchaba durante los recreos.
Para Ponte, su carrera, más que un trabajo, es una diversión: «Es una pasión y una devoción. Si estoy de vacaciones e incomunicado siento que se me acaba la vida. Mi inspiración y oxígeno es vibrar con la noticia». Considera que el periodismo deja la satisfacción de saber que es posible apoyar a los más necesitados. «Nosotros estamos ayudando a la gente.
Somos unos servidores públicos muy importantes en Venezuela».
«A caballo regalao», como se le conoce en las redes sociales, cree que la comunicación social en Venezuela está en su mejor momento. En medio de las cosas malas que están pasando, es un tiempo crucial para crear historias y crónicas que ayuden a la gente. Así que considera que los periodistas siempre deben ser positivos, abocados a hallar soluciones. «Esto es un tiempo de hacer mucho periodismo de investigación. Tenemos la dicha de estar en un medio independiente, crítico, cuya agenda es la gente. Somos una burbuja ante la censura, una ventana para las personas en medio de la hegemonía comunicacional del gobierno».
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