Pacientes renales de una de las unidades de diálisis de San Cristóbal, ubicada al este de la ciudad, advirtieron que su salud corre peligro por el incumplimiento del cronograma de racionamiento eléctrico.
«Esta unidad de diálisis tenía una planta y nos la desvalijaron. La tarjeta madre tiene un costo de 600 dólares, la switchera, cables, todo lo desvalijaron. El racionamiento aquí no se está cumpliendo, no nos han colaborado con una planta eléctrica para que estos pacientes se realicen la diálisis ya que su vida está en peligro», dijo Betty de Labrador, familiar de uno de los enfermos crónicos asignado a la referida unidad de terapia.
Algunos de los pacientes que estaban en estado de salud precario, fueron reubicados en la unidad de diálisis del Hospital Central de San Cristóbal.
«Pero aquí hay 60 pacientes y algunos se dialisan y otros no», agregó la mujer.
Jesús García vive en San Antonio del Táchira, municipio Bolívar en la frontera con Colombia. Día por medio recorre 40 kilómetros para dialisarse y en algunas oportunidades, pernocta en Rubio, municipio Junín, para poder llegar a las 9 de la mañana a la unidad de dialisis.
En algunas oportunidades ha quedado conectado a la máquina al momento de practicarse la terapia de desintoxicación de la sangre, por un corte eléctrico.
«Hay personas que están peores que yo porque no orinan. Yo al menos orino. El tétrico (cuando se va la luz durante la diálisis)!porque la sangre queda en el sistema de la máquina y en las mangueras que van de la máquina al cuerpo y se siente feo», contó García.
Por los cortes eléctrico prolongados y sin opción a una planta eléctrica, los pacientes han tenido que desechar la sangre que queda en la máquina y que es sometida a desintoxicación lo que provoca una descompensación en el enfermo.
En Táchira hay poco más de 400 pacientes renales que requieren dialisarse día por medio.
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