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Cardenal Urosa: «Hay que aprender a controlar el odio»

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La celebración del Domingo de Ramos en la Catedral de Caracas fue oficiada ayer en la mañana por Jorge Urosa Savino, arzobispo y cardenal de la Iglesia Católica, frente una feligresía disminuida en número que esperó impaciente su sermón, pues ya el sacerdote es conocido por un discurso contundente, como el que en efecto ofreció.

“Vivimos una época de encarecimiento de comida y medicinas, así que tenemos que ayudar aunque sea con un plato de sopa, con un kilo de harina de maíz. Es lo que hace la Iglesia con ‘La olla solidaria’, que como tal no resuelve el problema, porque corresponde al gobierno remediar que haya comida para todos”, expresó.

A las autoridades les pidió que controlen y sancionen a los delincuentes, pero no perdió la oportunidad de advertir: “Las actuaciones de los cuerpos policiales del Estado no están ajustadas a la ley. Hay que revisar las actividades de la Operación de Liberación y Protección del Pueblo porque hay mucha injusticia en esas prácticas”.

“El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”, remarcó el presbítero las palabras de Jesús. “Vivimos una época de gran fragilidad familiar, de un enorme desorden afectuoso-sexual”, indicó refiriéndose a los temas de las adolescentes embarazadas y de la elección de género “no-natural”, pues a juicio de la Iglesia el matrimonio debe celebrarse entre un hombre y una mujer. Luego aleccionó a los seminaristas, a quienes les  exigió que no se conformaran con una vida mediocre y distraída, pues su misión será prestar servicio.

A continuación invitó a la práctica del amor fraterno, que no es otra cosa que socorrer a los necesitados, ayudar a alguien a comer, a sentirse tomado en cuenta, apoyado, y aprender a controlar la ira, el odio, pues es necesario saber perdonar y tolerar, dijo. En el momento de las peticiones elevó plegarias “por la paz de Venezuela para que podamos resolver nuestros conflictos”, sin olvidar una flor para los difuntos víctimas de la violencia.

Palmas simbólicas. Apenas dos sencillos ramos de calas blancas adornaban el altar de la Catedral de Caracas el día de ayer. En un nicho de la iglesia, la Virgen Dolorosa parecía aguardar el instante en que será elevada en procesión para revivir la pasión de la madre a la que le han asesinado un hijo inocente. En la siguiente bóveda reposaba el Crucificado, consumada su pasión y próximo a su gloria y resurrección. El Domingo de Ramos conjuga todo este significado a partir de la entrada de Jesús en Jerusalén, un momento que la gente pobre decidió honrar tendiendo palmas reales sobre la tierra para que el maestro pasara.

Este es el sentido de las varas, señaló el arzobispo de Caracas al bendecirlas en el balcón de la plaza Bolívar ante una pequeña concentración de feligreses. En el curso de la misa, oleadas de personas visitaron la iglesia para llevarse su palma bendita y marcharse al instante. Un hombre murmuró que la escasa asistencia se debía a que la gente siente que es un riesgo acudir a la catedral en este tiempo.

Las zonas aledañas no son ya confiables, una especie de temor se cuela acaso porque el celebrante de la misa del Domingo de Ramos es un hombre cuestionado por el discurso oficial. Urosa, atento a su obra de pastor, para concluir manifestó que si se escuchara a la Iglesia no habría tanto odio en el país: “Mucha gente no sigue el camino de Jesucristo, el camino del respeto, de la convivencia, del entendimiento, que es justamente lo que todos tenemos que procurar”.


“La represión genera violencia”

El cardenal Urosa exhortó al gobierno a evitar la represión y permitir las manifestaciones pacíficas: “No es posible que se suspenda el servicio del Metro porque hay una concentración”. Expresó que la violencia desatada en el país se debe a la represión implementada por el oficialismo. Calificó la inhabilitación de Henrique Capriles de “injusta y violatoria de los derechos políticos de los funcionarios, quienes ante cualquier hipótesis de mala administración deberían ser juzgados por un tribunal y no con una medida administrativa”.