Una ciudadana que responde el nombre de Rosa Torres logró hacerse de un bidón en la primera entrega de ayuda humanitaria de la Cruz Roja este martes en Caracas, durante la cual se vivieron momentos tensos cuando desconocidos dispararon al aire.
Unos 15 voluntarios trataban de ordenar una multitud que rodeó un camión del organismo en la barriada de Catia, donde arrancó la entrega del primer cargamento de ayuda humanitaria que llegó a Venezuela.
El envío incluye insumos médicos y plantas eléctricas que serán distribuidas en hospitales.
«Estamos muy agradecidos de que nos ayuden en este momento tan difícil», dijo Rosa a AFP mientras aguardaba la entrega del recipiente con capacidad para 20 litros y 50 pastillas purificadoras.
Momentos después de la llegada del vehículo se escucharon disparos a pocos metros. «Son los colectivos, es para amedrentar», expresó un testigo.
«Fueron disparos, pero no se preocupen que hay bastantes guardias (militares)», afirmó sin inmutarse Mirna Perdigón, de 64 años de edad. Algunas personas se llevaron las manos a la cabeza, otras corrieron, pero la entrega no se detuvo.
Además de enfrentar la peor crisis económica de su historia contemporánea con escasez de medicamentos y otros bienes básicos, los venezolanos sufren por un suministro de agua precario, agravado tras apagones masivos registrados desde el 7 de marzo.
Habitante del 23 de Enero, bastión tradicional del chavismo, Rosa recibe agua cada ocho días, pero ese no es su único problema: es diabética y requiere tres fármacos.
«Son muy costosos y no puedo pagarlos», contó esta vendedora de golosinas.
-«Que no se politice»-
En tanto la cola se hacía más larga, Héctor Morillo, trabajador independiente de 43 años de edad, intentaba agarrar un bidón de su color favorito. Había verdes, azules y naranja.
«Yo quiero uno anaranjado», bromeó Morillo, al afirmar que, con suerte, recibe agua una vez por semana.
Al ratificar que la ayuda se distribuirá bajo los principios de «neutralidad, imparcialidad e independencia», Mario Villarroel, presidente de la Cruz Roja Venezolana, pidió evitar la «politización de este gran logro».
Desde la oposición, liderada por el jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, la perciben como un reconocimiento de la crisis humanitaria por parte del gobierno.
Pero para Nicolás Maduro es una forma de «sortear el bloqueo criminal» del presidente estadounidense, Donald Trump, a quien acusa de promover una intervención militar en Venezuela.
«El pueblo la está recibiendo con mucho cariño, esperamos que no lo politicen, que no lo pasen por las redes sociales como una ayuda que viene de la oposición», expresó la chavista Mirna Perdigón.
– «Nos lanzaban besos» -
María Matos, jubilada de 62 años de edad, dejó de tomar su tratamiento para la hipertensión hace dos años, además de lidiar con la falta de medicinas para su madre de 82, hospitalizada por un accidente cerebro vascular.
«En el hospital no hay nada, mi mamá llegó el sábado y el lunes fue cuando le dieron medicina porque la compramos entre varios familiares», contó Matos a las afueras del centro médico Domingo Luciani, en la populosa barriada de Petare, en Caracas.
El cargamento de 24 toneladas de ayuda que arribó este martes fue trasladado desde el aeropuerto internacional de Maiquetía hasta Caracas en una treintena de camiones.
En el trayecto de unos 30 kilómetros los miembros de la caravana recibían aplausos de personas que los veían pasar. Unos tocaban bocinas para animarlos, otros salían por las ventanas de los carros para hacerles fotos y videos.
«Nos felicitaban y nos lanzaban besos», relató uno de los voluntarios. La logística incluirá 3.100 de ellos.
«La gente está alegre, creo que las necesidades humanitarias están a la vista y la gente está contenta, al final esta es una ayuda que no distingue credo religioso, ni político, ni social, no discrimina», contó emocionado.
Unas 7 millones de personas, casi un cuarto de la población de Venezuela, necesita ayuda humanitaria urgente, según un reciente informe de la ONU.