Límites al acceso de la información pública, exclusión de actores políticos de los medios gubernamentales, cierre de fuentes informativas, una legislación que limita la libertad de expresión, así como las amenazas y sanciones han obligado a los medios de comunicación venezolanos a transformarse para buscar seguir transmitiendo noticias.
La hegemonía comunicacional, iniciada en el gobierno de Hugo Chávez, se convirtió en una manera efectiva de desinformar a la población, haciendo que sea aun más fácil de controlar.
La plataforma radial ha sido víctima de la censura. Los programas deben trabajar ingeniosamente cada día para poder transmitir información a los venezolanos de forma sutil para evitar sanciones y el cierre.
Un locutor, que pidió resguardar su identidad, afirmó que los programas de radio se han tenido que valer de la autocensura para poder seguir al aire. Aseguró que cualquier contenido de índole político o que pueda tener un doble sentido es motivo de cierre de las emisoras ya que el gobierno, «con su mentalidad retrógrada y antigua, tiene el control de la información que se difunde».
Otro locutor, que pidió mantenerse en el anonimato, explicó que lo primordial es tener claro dónde está la raya que separa lo permitido de lo prohibido. “El problema es que de unos meses para acá esa raya es muy difusa, es difícil de identificar en qué momento estás cerca de ella o en qué momento la estás pisando”, puntualizó.
Expresó que se ha visto en la necesidad de autocensurarse porque las consecuencias de emitir información que moleste al gobierno son severas. “Es difícil no caer en autocensura porque sabes que tus acciones pueden dejar sin trabajo a toda una emisora y hay que verle la cara a eso”.
Los guionistas de los programas deben hacer un equilibrio entre mantener a un país informado y a la emisora abierta. Han tenido que utilizar su creatividad para seguir siendo una ventana de información en medio de la censura de Venezuela.
Un guionista radial, que pidió no ser identificado, explicó que mencionar nombres de funcionarios del gobierno resulta muy riesgoso por lo que utiliza elementos visuales, de forma sonora, que recuerden al oyente a la persona de la que se habla sin tener que mencionarla. “Cuando hablamos de Diosdado Cabello el locutor puede decir algo como ‘el calvo de ojos bellos'», dijo.
La necesidad de no revelar la identidad de los entrevistados es una evidencia de la realidad que enfrentan los medios de comunicación en Venezuela.
El Nacional enfrenta la situación
Eduardo Ponte, gerente editorial de El Nacional Web, aseguró que en el periódico no existe censura a pesar de las constantes amenazas y sanciones que recibe.
“Nuestro compromiso es con nuestra gente y jamás los vamos a defraudar. Vamos a seguir apegados a la verdad, a nuestros principios y siempre vamos a hablar de las injusticias, la corrupción y la necesidad de las personas, denunciando y alzando la voz en medio de esta crisis de periodismo que existe”, declaró.
En sus 74 años, El Nacional ha sido víctima de persecución y acoso por parte de los gobiernos que buscan silenciar esa voz incómoda y desobediente que habla por y para el ciudadano.
“Hasta en la clandestinidad seguiremos informando, siempre vamos a evadir la censura”, concluyó Ponte.
En medio de la crisis comunicacional contra la que luchan los medios venezolanos, un gran grupo de personas sigue buscando historias, profundizando en temas de interes para la población y arriesgándolo todo para denunciar la realidad de un país que es víctima de la hegemonía comunicacional.
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