Cientos de personas entre pacientes, representantes del gremio de la salud y activistas de derechos humanos marcharon desde la plaza Francia, hasta la sede de la Organización Panamericana de la Salud, en Altamira, donde una comisión consignó un documento en el cual recogen la carencia de medicamentos, insumos y salarios dignos.
“Tenemos todas las ganas de trabajar, pero no tenemos recursos para hacerlo. Nuestros pacientes no tienen cómo pagar una clínica privada. La OPS debe ponerse del lado del pueblo venezolano”, expresó Carlos Prosperi, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes. Aseveró que la red hospitalaria en el país funciona tan solo en 25% de su capacidad.
Prosperi acusó a la administración gubernamental como culpable del repunte de enfermedades infecto-contagiosas. “Esta situación se la debemos a la mala administración de Miraflores”.
En representación del gremio de enfermeros, que hoy cumple 37 días en paro, Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermería de Distrito Capital, instó a esta institución internacional a que atienda su llamado.
“Así como la OPS atendió al gobierno, tiene la obligación de escucharnos”, expresó Contreras. “Lo que para el presidente es un problema, para nosotros es una emergencia. El sector salud seguirá en la calle, en exigencia de garantía de insumos en los hospitales y un salario digno”, agregó.
Contreras además informó que hoy se realizará una asamblea entre todos los gremios que integran el sector para discutir los próximos pasos de protesta que tomarán.
Enfermos en la calle. La nutrida manifestación, identificada por los uniformados en batas blancas, fue acompañada con consignas, gritos y pancartas. “La emergencia la denunciamos a gritos”, expresaba la multitud con fuerza y al unísono.
Además los enfermos crónicos hicieron denuncia de su situación. Insora Rodríguez, paciente diagnosticada con párkinson hace 15 años, atraviesa un delicado estado de salud debido a la escasez del fármaco carbidopa/levodopa, que no distribuyen en el país desde agosto del año pasado y que debe consumir de por vida 5 veces al día.
“Después de que suspendieron el programa de distribución, me han ayudado familiares y donaciones a través de la Asociación ParkinsonCaracas”, comentó Rodríguez.
Sin embargo, ha tenido que interrumpir las dosis, lo que le genera consecuencias en su salud. “La rigidez en todo el cuerpo es horrible, he pasado hasta cinco días sin las medicinas”, expresó, sujetando en sus temblorosas manos un rosario morado. “Queremos que nos tomen en cuenta y nos ayuden con nuestros medicamentos”, exclamó.
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