El Hospital Raúl Leoni de Guaiparo en el estado Bolívar, sumó a su luto la muerte de un niño más como consecuencia de esta enfermedad. José Guerrero, de 6 años de edad, falleció con los síntomas de la afección a apenas 6 horas de haber sido hospitalizado. De este modo aumenta a 28 la cifra de víctimas por este mal.
Hace 2 días la OPS admitió 7 fallecimientos confirmados debido a la difteria en toda Venezuela que ya se encuentra en 17 estados del país y registra 447 casos sospechosos desde septiembre, cuando se reportaron los primeros pacientes luego de 26 años de que la enfermedad permaneciera controlada en el territorio.
La madre contó que el niño, que vivía con sus cuatro hermanos en la Invasión 25 de Marzo, estuvo en contacto con un adulto que trabaja en las minas y aseguró que en diciembre fue vacunado. Desde hace una semana comenzó a presentar inflamación en la garganta, pero en el ambulatorio cercano a su comunidad lo diagnosticaron con parotiditis. A los 2 días tuvo problemas para respirar y le dijeron que era asma. Solo cuando ya la crisis respiratoria se agudizaba fue cuando su madre lo sacó a la Clínica Humana, por ser el centro de salud más cercano y allí lo intubaron. Los médicos vieron entonces las lesiones en la garganta vinculantes con la difteria.
Como la familia no tenía seguro médico le buscaron un cupo en el Hospital Raúl Leoni, pero el centro no tiene terapia intensiva por problemas de infraestructura. Los pediatras informaron que igual el niño fue hospitalizado, pero murió porque llegó con los síntomas muy avanzados y ya ni la antitoxina diftérica ni el antibiótico podían hacer algo para salvarlo. Sin embargo, en el hospital no hay penicilina ni vancomicina. Mientras que la antitoxina diftérica, que es parte del tratamiento, debe solicitarse al Distrito Sanitario.
Esta semana además se notificaron 2 casos en el municipio Sifontes de un adolescente de 15 años de edad y un adulto de 23 años de edad. La Red Defendamos la Epidemiología alertó que estos nuevos reportes evidencian que hubo baja cobertura de inmunización para hacer el bloqueo epidemiológico en la zona.
Obras ilegales vulneraron el terreno
María Victoria Fermín
Empleados de Inparques, ente adscrito al Ministerio para Ecosocialismo y Aguas, indicaron que los caseríos en la carretera Maracay-Choroní afectados por la crecida del río Las Mercedes, eran vulnerables a este tipo de desastres porque no se cumplió con el Plan de Ordenamiento, Reglamento y Uso del Parque Nacional Henri Pittier.
De 2010 data la orden para derribar construcciones indebidas en la zona que pertenece al parque, medida que fue aprobada por el ex presidente de Imparques, Alexander Segarra. Pero la acción no fue ejecutada por quienes dirigieron la institución ni el despacho ministerial hasta marzo de 2017. “No querían tener problemas con las comunidades. Las ex presidentes Marisabela Godoy y Angélica Romero aprobaron que a quien demostrara que era habitante del lugar desde hacía varios años, le iban dejar su casa y no era correcto. La institución solo reconoce las viviendas instaladas hasta 1991”, indicó un trabajador.
“En ese sector había muchas áreas deforestadas por la construcción indiscriminada y probablemente también ocurrió lo que ocurrió por la saturación de los suelos debido a las lluvias”, señaló otra fuente.
Un empleado añadió que una vez que cesen las precipitaciones, son los técnicos y guardaparques de la institución quienes deben liderar un estudio técnico en la zona.
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