«Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo…».
Estamos en Madrid, a unos metros de la sede del PSOE, el Partido Socialista español. Un centenar de personas está rezando, algunas con lentes negros, envueltas en banderas de España. Esta concentración tiene lugar todos los días desde hace más de seis meses. El organizador es José Andrés Calderón, de 25 años. Este joven nos explica que llevan «172 días rezando el Santo Rosario para la conversión de España y del mundo entero. Estamos viviendo un proceso de secularización muy grande, no solamente en España, sino en toda Europa. En Francia lo hemos visto recientemente con la constitucionalización del aborto. El aborto se ha convertido en derecho fundamental. Nosotros creemos que los católicos tenemos que salir a las calles para que el mensaje de Cristo vuelva a estar presente en la sociedad, en el pueblo».
Esta es una reunión de «El Yunque», una secta de extrema derecha ultracatólica, que denuncia al gobierno español del socialista Pedro Sánchez, y su Ley de Amnistía para los líderes independentistas catalanes. Este movimiento, que sirve los intereses del partido español de extrema derecha VOX, ha infiltrado al Estado español. Sus miembros le rezan a la Virgen María pidiendo la salvación de España, pero 30 minutos después de recitar el Rosario, empiezan a insultar al gobierno en plena calle: «Pedro Sánchez, hijo de puta», «Pedro Sánchez, delincuente».
Gema, una mujer elegante, madre de dos niños, estima que Pedro Sánchez no tiene legitimidad para gobernar: «Estamos en contra de la amnistía, en contra de este gobierno que lo que quiere es romper la unidad nacional. Este gobierno está llevando a la destrucción de nuestra nación solo por anclarse en el poder. Esta es la razón de nuestras protestas. Sánchez se está erigiendo en un político con actitudes totalmente dictatoriales».
¿Y te hubiera gustado una coalición entre los dos partidos?, le preguntamos a esta simpatizante de VOX. «Pues sí, porque realmente es la única alternativa al día de hoy. Al fin y al cabo, la base social es la misma. VOX fue una escisión del originario Partido Popular. Luego ya ha ido generando su propia base. Ha ido teniendo como una especie de estructura un poco diferenciada del PP. Pero la base inicial, la base ideológica, es la misma, el votante es el mismo», sostiene.
El Yunque ha infiltrado el poder judicial, el ejército, sectores económicos y educativos. Es una influencia adicional que permite a VOX y a los nostálgicos del franquismo infundir sus ideas. Este es el caso de Antonio Ruiz Hidalgo, un jubilado que manifiesta todos los días: «Yo he vivido en la dictadura. Ojalá volviera otro Franco». Según Antonio, el cambio podría llegar deprisa. «En cuanto nos quiten a este hijo de puta, seguro que entramos en la Moncloa».
El Yunque y VOX han despertado las peores pesadillas de algunos españoles. Rafael es un elector socialista de 68 años con quien hemos hablado antes de que empiece esta concentración: «Nos esperan unos años de oscuridad. Estamos en una película que se titula ‘El regreso de la momia’. Sí, vuelve la momia. La momia es el fascismo. Esa oportunidad no la van a perder», asegura.
VOX, un partido ligado a la amenaza independentista
Formado en 2014, VOX, en sus 10 años de existencia, se ha posicionado como una alternativa al Partido Popular para los votantes que buscan valores más conservadores. Estamos en un café del centro de Madrid con el politólogo y gran especialista de la extrema derecha española y latinoamericana José Antonio Sanahuja:
«En una perspectiva histórica, VOX nace de una tradición de derecha radical en España que viene de los años 30, antes de la guerra civil, que atraviesa el franquismo, y que después ha estado presente dentro del Partido Popular. Ahora bien, lo que desencadena el nacimiento de VOX es una suerte de sentimiento de amenaza existencial a la nación española que tiene que ver con el independentismo catalán. En otros países de Europa, el tema migratorio ha sido un factor clave para entender el origen y el desarrollo de las extremas derechas. En España, en cambio, aunque eso ha sido importante, el factor decisivo ha sido el temor a que pudiera haber una secesión de una de las comunidades autónomas», precisa.
VOX, que fue formado hace 10 años, empezó a ganar peso en el 2018 después de que los independentistas catalanes intentaron organizar un referéndum de secesión en 2017. Dos años más tarde, VOX obtiene 24 diputados en las Cortes, con el 10% de los votos en las elecciones generales y también 3 diputados en las elecciones europeas. A finales del 2019, VOX siguió subiendo en las nuevas elecciones generales, esta vez obtuvo 59 diputados en las Cortes, con más del 15% de los votos, gracias a un discurso cada vez más reaccionario. ¿Es también un discurso franquista? Planteamos esta pregunta a José Antonio Sanahuja.
«Sobre este punto tienen una posición relativamente ambigua, pero yo creo que se puede decir con claridad que son netamente franquistas; no lo son en su cultura política, pero sí lo son en la reivindicación de la dictadura, en particular asumiendo este revisionismo histórico de la derecha española en el que la dictadura, la sublevación militar de julio del 36, fue una suerte de mal menor ante una supuesta revolución comunista que estaba produciéndose», subraya.
«Me asusta más el PP que VOX»
VOX no es el único partido que tiene esta visión. El Partido Popular comparte el mismo discurso. Estos dos partidos son cada vez más similares en sus programas como explica Javier Doz, sindicalista de las Comisiones Obreras que nos encontramos en los desfiles del 1° de Mayo en la Gran Vía de Madrid. Doz dice tenerle más miedo al Partido Popular que a VOX.
«El Partido Popular está derivando hacia la extrema derecha, está cogiendo parte de sus contenidos ideológicos, de sus propuestas y de su forma de hacer política destructiva», dice.
¿Al punto de representar un peligro para la democracia española?, le preguntamos.
«Yo creo que sí. Estamos viendo recientemente los niveles de polarización extrema, de utilización sistemática del insulto, la calumnia, el papel nefasto de una parte de la prensa digital en la difusión de mentiras, bulos y calumnias».
En el mes de abril, los españoles han podido ver el nivel de polarización en su país cuando Pedro Sánchez anunció tomarse un tiempo de reflexión de 5 días para decidir si seguía al frente del gobierno o si lo dejaba.
Polarización extrema
El jefe del gobierno tomó esta iniciativa después de que Manos Limpias, una organización vinculada a VOX, denunciara ante la justicia a la esposa de Pedro Sánchez por tráfico de influencias y corrupción, aunque sea con pruebas falsas.
Un intento de desestabilizar al gobierno que no es solo obra de VOX, sino también del Partido Popular, que ya no duda en formar alianzas locales con la extrema derecha: «Se está pactando en todas las comunidades autónomas, excepto en la de Madrid, que el Partido Popular ha conseguido la mayoría absoluta y las consecuencias de ese pacto están siendo desde vergonzosas prohibiciones de actos culturales y obras teatrales hasta revisión de todas las normas que afectan a la discriminación de la mujer o a la memoria histórica, es decir, están recogiendo aspectos culturales que son los que interesan a VOX para hacerse notar, que tiene impronta en su forma de gobernar y esto es muy grave», concluye Javier Doz.
Joven y elector de VOX, ¿por qué?
Después de las elecciones municipales y regionales del 2023, VOX ha entrado a formar parte de varios gobiernos locales gracias a alianzas con el Partido Popular. La extrema derecha dirige también ahora a una treintena de municipios. Estos pactos entre VOX y los conservadores asustan a ciertos electores en el marco de las elecciones europeas. Héctor, joven votante de 18 años: «Sí, tengo preocupación por lo que pueda pasar en las elecciones del 7 de junio. Úrsula von der Leyen dijo que, de cara a conformar una nueva Comisión Europea, tras esas elecciones, que si daba la suma de los partidos de derecha y de ultraderecha, pues que iban a tener que llegar a un punto de entendimiento. Me parece que eso es más probable y más viable que un acuerdo entre partidos de derecha y de izquierda, lo que yo estimo que sería lo mejor».
Muchos jóvenes comparten los temores de Héctor y no entienden cómo otros jóvenes de su edad pueden votar por VOX. Por ejemplo, Ángela, de escasos 21 años, admite que ya ha metido dos veces una papeleta de VOX en la urna: «Yo antes, a lo mejor me podía inclinar un poco más por el PP, pero porque no conocía a VOX. Cuanto empecé a leer su programa, me di cuenta de que estaba de acuerdo con ellos no solo sobre el rechazo al aborto y la eutanasia, sino sobre todo el tema de las mujeres. El feminismo de hoy no me representa, no estoy de acuerdo con la manera como se está llevando ahora el tema de la violencia machista. Y por supuesto, estoy de acuerdo con el tema de que pretenden bajar impuestos, que no solo luchan por los empresarios, sino también por la clase obrera», sostiene.
¿Es VOX un partido «nacionalista», «soberanista», «neoliberal», «islamófobo», «anti-feminista»? Ángela no está de acuerdo con esos calificativos, al contrario de lo que piensa Miquel Ramos, periodista de investigación que lleva 25 años trabajando en el tema de la extrema derecha en España.
«VOX es un partido de extrema derecha, revisionista, xenófobo, islamófobo, sobre todo, supremacista, autoritario, ultra-conservador en lo moral y ultra-liberal en lo económico», dice Miquel Ramos, con quien nos reunimos no muy lejos del centro de Madrid.
Informar sobre este tema se ha vuelto muy complicado para Ramos. «En el tema de los medios, VOX ha decidido elegir cuándo y con quién habla. Obviamente tienen una serie de medios afines con los que saben que pueden contar para difundir su marco, difundir su mensaje, y consideran al resto de medios de comunicación como enemigos, como activistas contra ellos».
Estas dificultades las descubrimos nosotros mismos cuando estuvimos preparando este reportaje para RFI. VOX rechazó todas nuestras peticiones de entrevistas o las canceló en el último momento.
VOX y Reagrupación Nacional, una misma lógica
Miquel Ramos estima que VOX está en la misma lógica que la Reagrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen en Francia o Los Republicanos en Estados Unidos.
«Lo que hace VOX en un momento a nivel global, donde las ideas de la extrema derecha están empezando a colonizar el sentido común de una gran parte de la gente y del debate público, donde esta batalla cultural contra los derechos humanos que está emprendiendo la extrema derecha está a la orden del día también en España. Por lo tanto, VOX lo que hace es coger esta bandera y es reproducir los mismos discursos que hace Marine Le Pen en Francia, que hace AFD en Alemania, Donald Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil. Y de alguna manera, VOX representa la imagen española de esta guerra contra los derechos y contra la democracia que se está dando en otros países», afirma.
VOX quiere ahora capitalizar y seguir atrayendo a los electores cada vez más alejados de los partidos tradicionales, aunque el giro a la derecha emprendido por el Partido Popular parece tranquilizar a los más conservadores. Por ello, esperan con cierta impaciencia los resultados de las elecciones europeas, aunque Europa no sea la prioridad del partido.
«VOX, como el resto de extremas derechas, creo que han dejado de ser eurófobos en el sentido de beligerantes contra la Unión Europea, más allá de la retórica. ¿Por qué? Pues porque están a punto de conseguir una gran representación en la Unión Europea. Van a poder utilizar la financiación y las estructuras que les brinda la Unión Europea para aplicar su agenda y sus políticas pueden utilizar la retórica anti-europeísta para su clientela. Pero en el fondo van a aprovechar todos los recursos que la Unión Europea les dé para implementar su agenda y para alimentar también a sus grupos, fundaciones y cargos que viven de esto», piensa Miquel Ramos.
La campaña europea va a empezar dentro de poco en España. Y VOX, como los demás partidos del grupo FR, del que forma parte en el Parlamento Europeo, el grupo de los conservadores y reformistas europeos, es muy consciente de que este año la extrema derecha puede convertirse en una fuerza con la que habrá que contar en la Unión Europea, y que la futura Comisión se verá obligada a tenderle la mano. Sin embargo, a diferencia de otros partidos de grupo, como Fratteli d’Italia, el partido de Giogia Meloni, o el Fidesz, el partido del presidente húngaro Viktor Orban, VOX no goza aún del mismo nivel de apoyo popular, aunque en 10 años supo convertirse en la tercera fuerza política del país.
Por Romain Lemaresquier
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