Los allegados de Ángel Camacho conversan a las afueras de la piscina paraolímpica, la Defense Arena. Saborean el bronce del menor de la familia de cinco hijos. Podio en los 100 metros libres S4.
“La verdad hasta se me salieron las lágrimas porque estuvo a un segundito de la ganar la de plata, pero el bronce es muy bueno también”, dice orgullosa Francisca Ramírez, la mamá.
Ángel tiene 19 años, es el más joven de la delegación mexicana que tiene 68 para deportistas en París 2024. Son sus segundas justas, a pesar de comenzar “tarde” su práctica deportiva. Fue su padre quien en 2018 lo inscribió a sus primeras clases de natación. “En ese momento nada más pensábamos que para que aprendiera a nadar, pero mire…”, recuerda Jesús Camacho. Su esposa añade que al principio lo llevaba para que no estuviera “todo el día sentadito” y porque “le servía como rehabilitación”. Sin imaginar “que fuera a llegar hasta donde ha llegado”.
Con un tiempo de 1:22:32 en la prueba de este viernes, además logra record de América en esa categoría. “Me sentí muy feliz, muy contento, emocionado, en la premiación se me salieron las lágrimas por todo el trabajo hecho en este ciclo paralímpico de años, trabajando ocho horas al día, para verlos reflejados en este resultado”, expresa el nadador que repite podio, aunque en Tokio 2020 también no pudo celebrar su bronce en familia por culpa de la pandemia de coronavirus, por eso lo de este viernes 30 de agosto, es para él una doble victoria.
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