Donald Trump detrás de las rejas, Kamala Harris dándole la mano a Joseph Stalin o incluso ambos candidatos besándose. Lo que tienen en común estas imágenes, que proliferan a medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, es que han sido generadas por Inteligencia Artificial (IA). Este tipo de imágenes circula cada vez más en las redes sociales.
Este video ha sido generado por inteligencia artificial.
Aunque la mayoría de estos contenidos son fácilmente identificables, algunos no lo son tanto. En ambos casos, estas producciones se han convertido en auténticas herramientas de propaganda política.
Antes compartida casi exclusivamente por usuarios comunes y corrientes, esta información falsa ha sido recientemente difundida por personalidades políticas y celebridades. El último ejemplo no es otro que Elon Musk.
Elecciones en Estados Unidos: Kamala Harris en la mira
El lunes 2 de septiembre, Elon Musk, el magnate y dueño de la red social X publicó una imagen de Kamala Harris con uniforme soviético. “Kamala promete ser una dictadora comunista desde el primer día. ¿Puedes creer que lleve ese atuendo?”, comentó el multimillonario, sin mencionar que había utilizado inteligencia artificial. Una forma de hacer que Kamala Harris parezca una peligrosa comunista, mientras promociona indirectamente la IA generativa integrada a su red social llamada Grok.
Esta imagen fue generada por inteligencia artificial.
Esta falsa narrativa que asimila Harris al comunismo fue también utilizada por Donald Trump. Justo antes de la apertura de la Convención Demócrata, el candidato republicano compartió una imagen sintética en la que se veía a Kamala Harris pronunciando un discurso con una bandera comunista como telón de fondo. Estos dos fakes han sido vistos más de 163 millones de veces solo en X.
Esta imagen fue generada por inteligencia artificial.
Un clima de desconfianza
La omnipresencia de imágenes y vídeos manipulados provoca una desconfianza generalizada en las redes sociales. La duda se vuelve la norma y se dificulta separar lo verdadero de lo falso. Para comprobarlo, basta con observar los comentarios bajo cada una de las publicaciones de los candidatos a las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Aprovechando la desconfianza que generan las imágenes, algunos intentan desacreditar fotos reales, tachándolas de inteligencia artificial. Por ejemplo, el expresidente Donald Trump acusó a Kamala Harris de utilizar inteligencia artificial para fabricar una foto de una multitud en su mitin en Michigan. La foto es auténtica, como lo pudo verificar RFI. Sin embargo, la mentira sigue circulando y la acusación reaparece después de cada mitin de la candidata demócrata.
“Es una forma de revisionismo visual”, analiza el periodista independiente y experto en IA generativa y manipulación de la información, Gérald Holubowicz. “Está tratando de cambiar la percepción de la realidad, invocando la duda, la sospecha y la desconfianza, utilizando las mismas armas retóricas de realidad alternativa que su portavoz Kellyanne Conway en 2017, al día siguiente de su toma de posesión en Washington. Lo preocupante no es tanto el ejercicio, el intento de corromper las mentes y la narrativa de campaña, sino a largo plazo, la destrucción poco a poco de una realidad común en la que podamos estar de acuerdo”, señala en su boletín Synth.
¿Qué impacto tendrá esto en las votaciones?
Aunque la proliferación de contenidos generados por la IA está alterando el debate público, los expertos advierten de que no hay que sobrestimar su impacto en los resultados electorales. En primer lugar, estos contenidos se pierden en la avalancha de información de las redes sociales. A esto se añade la dificultad de dirigirse a un público en específico en estas plataformas, lo que complica los intentos de manipulación masiva.
De hecho, el comportamiento electoral es un fenómeno muy complejo, que depende de muchos factores, señala un informe del MIT Technology Review. La manipulación con imágenes de inteligencia artificial es una entre tantas de las amenazas que enfrentan las democracias.