Olas de calor, sequías e inundaciones… Como en los últimos años, el verano de 2024 también se ha visto afectado por una serie de fenómenos meteorológicos extremos, provocados por temperaturas récord. Según el programa europeo Copernicus, la temperatura media mundial en agosto alcanzó los 16,82°C, 1,51°C más que en la era preindustrial. Esto significa que se ha superado el umbral de +1,5°C fijado por el Acuerdo de París en 2015, como ocurrió en julio, como ocurrió en junio anterior y, de hecho, como ha ocurrido en trece de los últimos catorce meses.
“En los últimos tres meses, el planeta ha experimentado los meses de junio y agosto más calurosos, el día más caluroso y el verano más caluroso del hemisferio norte”, advierte Samantha Burgess, subdirectora del Servicio de Cambio Climático (C3S) de Copernicus, en su boletín mensual. “Esta serie de récords aumenta la probabilidad de que 2024 sea el año más caluroso registrado”, de nuevo por delante de 2023, añadió.
¿Qué consecuencias trae el calor?
Países como España, Japón, Australia (en invierno) y China anunciaron esta semana que habían medido niveles históricos de calor para un mes de agosto. India se asfixió. Varias semanas a más de 45°C dañaron su suministro eléctrico y causaron casi un centenar de muertos. También en Arabia Saudita, 1.300 personas murieron durante la peregrinación a La Meca en junio a causa del calor.
El calor y la sequía también significan incendios forestales infernales, como en Canadá y el Amazonas. En el oeste de Estados Unidos, los incendios se han recrudecido y en Nevada, Las Vegas registró un récord de 48,9°C en julio.
Estas temperaturas récord también significan más humedad en el aire, como demuestran los tifones y las inundaciones. El viernes 6 de septiembre, el supertifón Yagi azotó la isla de Hainan, en el sur del país. Y en las últimas semanas, cientos de miles de personas del Sahel se han visto afectadas por las inundaciones. En Níger, al menos 53 personas murieron y 18.000 se vieron afectadas en julio.
Las temperaturas récord registradas en todo el mundo se deben a un recalentamiento sin precedentes de los océanos (70% del globo), que han absorbido el 90% del exceso de calor provocado por la actividad humana. Pero la humanidad, que emitirá unos 57.400 millones de toneladas equivalentes de CO2 en 2022 según la ONU, aún no ha empezado a reducir su contaminación por carbono, motor del calentamiento global.