Atrás quedaron aquellos días donde habían recursos para asistir a las aulas de clases, los profesores a pesar de los bajos sueldos de igual manera se trasladaban a sus colegios y universidades a dictar cátedra y aun así daba gusto enseñar y aprender. Ahora vemos salones vacios y una gran deserción de maestros y estudiantes.
La crisis del efectivo afecta tanto al profesor como al alumno, para aquellas personas que viven lejos de las universidades les cuesta pagar los autobuses que les facilita el traslado ya que los camioneteros sólo aceptan dinero físico.
Un claro ejemplo de cómo afecta la crisis económica las universidades se puede observar en la Universidad del Zulia (LUZ), donde se redujo la jornada asistencial a tres días por cada semana debido a que alumnos, docentes y empleados se les dificulta asistir a la institución.
Las clases virtuales completan el horario de clases ya que los días restantes que el alumno no puede asistir a la universidad, ve sus clases vía internet desde sus hogares o desde algún cyber o centro de telecomunicaciones.
Desde 2016, en la Universidad de Oriente, se ha retirado un 25% de los profesores y 40% de los estudiantes, aseguró la rectora Milena Bravo. Los profesores más experimentados, que trabajan a tiempo completo, ganan 3,9 millones de bolívares mensuales (10 dólares a la cotización del mercado negro) que alcanzan para cinco kilos de carne.
«A un profesor le resulta una odisea trasladarse (…), porque no puede reparar su automóvil o gasta el sueldo en comida», comentó a AFP Amalio Belmonte, secretario general de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Cuenta Belmonte que firma semanalmente hasta 3.000 certificados de notas para «egresados que se van» del país, frente a 100 de años recientes.
En estados como Táchira, la escasez de gasolina se suma al rosario de problemas, señala Renny Cárdenas, coordinador de la Escuela de Medicina en la Universidad de Los Andes. En ese y otros cinco estados el gobierno además raciona la energía desde marzo por un descenso en los embalses. Sin luz, no hay clase.
El acceso a las instituciones educativas de los jóvenes entre los 18 y los 24 años de edad se redujo en más de 10% respecto a 2016. Significa, asimismo, que el país ve disminuidas sus reservas de talento y que se agudiza un tipo de escasez, la de recursos humanos, que es nefasta para el progreso de una nación.
Las aulas universitarias se están quedando vacías porque la educación superior es objeto de un boicot permanente por parte de un Gobierno que teme a la inteligencia, enfrenta abiertamente a la autonomía universitaria y cuestiona la libertad de cátedra.
¿Qué opinión le merece que la crisis económica esté paralizando la educación en las universidades públicas venezolanas? #Coméntenos
En @ReporteYa seleccionamos algunas opiniones de nuestros destacados seguidores:
Nuestro seguidor, Aurelio Buendia @abuendia13 redacta: “Las universidades nacionales deben tratar de revertir la situación, en sus foros se habla que la crisis=oportunidad, pero no desarrollan estrategia para impulsar actividades productivas y frenar el descalabro en que están”.
El Periodista, Jefferson Civira @JeffCivira señala: “Que se paralice la educación universitaria parece un objetivo del Gobierno, quiere que todos sean ignorantes, acabar con el futuro en Venezuela”.
El Bibliotecólogo, Daniel Klie @Chdnk expresa: “Es un problema que lleva años empeorando, al Gobierno le convienen los paros, menos pensamiento crítico”.
La Traductora, Sara Pacheco @Sara_monstra explica: “Los profesores solo pueden pagar su alimentación de 3 días con su sueldo más cestatickets. Los otros 27 ¿Qué comemos?”.
La Profesora, Sara Pacheco @Sara_monstra comenta: “La educación no es una necesidad básica. La mayoría de los estudiantes no cubren sus necesidades básicas ¿Cómo pueden dedicarse a estudiar? Las becas son un chiste. Siguen siendo 40 mil Bs mensuales”.
Nuestra seguidora, Alejandra robles @doritza01 comunica: “Es triste y lamentable que están acabando con lo principal de una Nación”.
El Gerente, Venezuelanoserinde @dofasa47 escribe: “Al Gobierno no le interesamos ni instruidos ni prósperos. Esa es la base del comunismo”.
La usuaria, rosangelquatraccioni @q_rosangel argumenta: “Muy mal augurio para el futuro del país, como madre les digo que los jóvenes sienten que no tiene futuro en este país, que su esfuerzo de años de estudio no será valorado ni recompensado; el entorno actual es deprimente e inseguro”.
Nuestro seguidor, Lenin Valero @leninvalero2 opina: “Lamentable la crisis económica que viven nuestras universidades públicas. La deserción es impresionante, tanto de estudiantes como profesores, lo que agrava más su funcionamiento. Es reflejo de lo que vive el país. Al gobierno no le importa, pero a nosotros si nos debe importar”.
La tuitera, Bazlit @BazlitaAlvarez concuerda: “¡Hambre! Los profesores, obreros y administrativos parecen en su mayoría un esqueleto cubierto de piel. Cada día renuncian más y más”.
Nuestra seguidora, mercds G. @mercdsv dice: “Que da tristeza, que da miedo, que aparte de falta de alumnos y profesores, universidades como la UDO están lidiando con los robos y saqueos que se ven favorecidos con la soledad”.
El usuario, Lemnis Villamizar @LemnisV apunta: “Genera mucho dolor”.
El Docente de Ingles, Francisco Álvarez L. @franjavier32 notifica: “Es una de las alarmas más sonoras que no parece alertar a la población sobre nuestra desgracia, la educación no es sólo un asunto de profesores y estudiantes, sin embargo, nuestro país lo asume de ese modo, para mayor tristeza”.
Nuestra seguidora, Miriam Suarez @miriamsuarezve participa: “Grave, un pueblo ignorante, siempre será esclavo de su gobierno”.
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