Un concepto clásico de la inflación es el excedente entre el capital disponible y lo que se pueden adquirir con éste. Cuando hay más dinero que el valor de los bienes o servicios que se pueden comprar esto se equilibra con un aumento de los precios, más cuando estos últimos se vuelven escasos. De esta forma, producir cada vez más es esencial en una economía con mucho dinero disponible, como sucede con las transferencias de dinero al estilo Bono Niño Jesús.
Así que quien produce o distribuye un bien escaso, lo que lo hace más deseable, puede colocar cada vez precios más altos como incentivo para producir más, de acuerdo a la más básica ley de oferta y demanda del mercado. Si hay una regulación de los precios por debajo de ese equilibrio, la teoría económica señala que nace el mercado negro y la escasez, porque no hay estímulo para los ofertantes de trabajar más sin un beneficio. Nadie va a trabajar para perder, cobrando menos que lo le cuesta producir o sin la recompensa por el esfuerzo extra.
En noviembre de 2016 en Venezuela existían 217 mil bolívares por cada kilo de pollo producido, de acuerdo a las cifras ofrecidas por la Federación Nacional Avícola de Venezuela. Esto correspondía a a 9,2 billones de bolívares y una producción de 42.315 toneladas métricas de la proteína avícola.
Sin embargo, ante el financiamiento de PDVSA por medio del Banco Central de Venezuela, causando una expansión de la liquidez monetaria y la caída la producción nacional, esa relación ha variado a 3.793.759 bolívares por kilo de pollo producido en Venezuela, ya que la cantidad de dinero en el país subió hasta los 92 billones de bolívares mientras la producción de carne de pollo cayó a 24.352 toneladas métricas al mes.
Esto significa, en términos económicos, que hay 10 veces el dinero que el año pasado pero poco más de la mitad del pollo pero menos bienes intercambiables o complementarios donde gastar el excedente. Esto explica el aumento casi diario del kilo de ave beneficiada, el aumento de costos por la pérdida de economía de escalas (trabajar al mayor) y costos de trabajo: salarios, insumos y divisas para importar los que no se producen en el país.
En la siguiente infografía, se exhibe el crecimiento inverso entre producción y dinero, lo que explica el aumento de los precios
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