Miguel Cegarra Mendoza llegó de Mérida a Caracas y no pudo cumplir con la promesa que le hizo a sus hijos, un niño de 3 años y una niña de 5 años, de llamarlos todos los días: el hombre de 25 años fue detenido por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y acusado de terrorismo, supuestamente por participar en los destrozos a la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) del Tribunal Supremo de Justicia. El hecho ocurrió el 8 de abril en horas de la tarde, en Chacao.
Ese sábado, día del ataque a la DEM, Miguel Cegarra había trabajado hasta las 6:30 pm en un puesto de perros calientes dentro del municipio Chacao. Sin embargo, durante los daños que le ocasionaron a la Magistratura “ni siquiera estaba cerca”, aseveró su hermano, Alexandro Mendoza. Aproximadamente a las 8:30 pm se encontraba en compañía de un primo reparando una moto. En ese momento fueron rodeados por efectivos de la GNB, quienes le robaron todo el dinero de la venta del día y lo aprehendieron por presuntamente ser un “terrorista”, narraron sus familiares.
Durante la detención se acercó Alfredo Ocando, un señor que vivía cerca del joven, para abogar por él, pero los funcionarios respondieron con una segunda detención en su contra.
“Él llegó con muchas ilusiones, recuperar a su familia. Llegó con deseos por cumplir, había prometido a la hija llamarla todos los días”, relató Mendoza en una entrevista exclusiva para El Nacional Web. La familia de Cegarra no halla qué decirle a la niña sobre su padre. En ocasiones le ha comentado a la madre: “Ve mamá, papá prometió que me iba a llamar todos los días y no ha llamado”.
En el informe acusatorio, de unas 250 páginas, escribieron el testimonio de dos vigilantes de la DEM, que supuestamente habrían visto la detención frente a una farmacia de la avenida Francisco de Miranda. “Evidencia real no hay”, dijo Mendoza.
Preso en San Juan de Los Morros
El 8 de abril, además de Cegarra y de su vecino, fueron detenidas otras cinco personas, también acusadas de participar en la destrucción de la DEM. Las aprehensiones ocurrieron en distintos lugares y circunstancias, ninguno se conocía, detalló Carlos Daniel Moreno, abogado defensor de los presos políticos (menos de Ocando).
Miguel Cegarra fue trasladado la noche de su aprehensión a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la avenida Urdaneta “acusado de terrorismo sin levantar actas ni nada”. Luego lo llevaron a la sede de El Rosal y, al poco tiempo, fue recluido en la cárcel 26 de Julio, en San Juan de Los Morros, estado Guárico. Aún espera que su causa sea pasada a tribunales, indicó la defensa.
La vida de la señora Blanca Elías Mendoza, madre de Miguel, cambió drásticamente desde la detención. Expresó sentirse mal y angustiada. En una entrevista para El Nacional Web, declaró que considera que la detención fue injusta. Solo le permiten visitarlo cada 15 días en San Juan de Los Morros y comentó sentirlo “desanimado”.
Tratos crueles
Alexandro Mendoza defiende que la detención de su hermano fue totalmente irregular: “Nunca asistió a una movilización”. Además, Cegarra afirmó haber sido maltratado por los funcionarios tras la aprehensión. Se negó a la exigencia de los efectivos de declarar hechos falsos.
Familiares del preso político narraron que al llegar a la cárcel 26 de Julio pasó por un “periodo de adaptación», en el que fue encerrado en una celda oscura y estuvo incomunicado por 30 días. “Lo pusieron en una celda oscura sin saber cuándo era de día y cuando de noche. Solamente lo dejaban salir una vez al día para el baño”.
La Fiscalía, por su parte, no encontró elementos acusatorios y disminuyó de cuatro a dos los cargos en su contra: supuesto agavillamiento y alteración del orden público. Solicitó cambiar la medida privativa de libertad, pero la decisión final será de los tribunales, resaltó Mendoza. Mientras tanto, los detenidos por el caso de la DEM permanecen recluidos solicitando que, por favor, al menos les permitan salir a tomar sol.