Pausolina Rondón, madre del preso político Jhosman Paredes, denunció que se ha complicado el estado de salud de su hijo y desde hace dos años espera que sea trasladado a un centro de salud. Aseguró que fue aprobada una orden judicial para que al joven se le haga una resonancia, pero el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) no lo permite.
Paredes, de 24 años de edad, fue aprehendido en septiembre de 2014 por su presunta vinculación en un plan de conspiración contra el gobierno nacional. A pesar de que el Ministerio Público lo presentó ante tribunales y se fijó El Helicoide como su sitio de reclusión, no hay una sentencia firme sobre su caso.
La medida fue solicitada por los abogados, debido a que Paredes presenta dolencias en su nervio ciático. Uno de los discos de su columna vertebral hace presión sobre éste y los dolores incluso le dificultan mover la pierna derecha.
“Él tiene ese problema en la columna desde que era adolescente, con su detención no ha podido seguir con el tratamiento. Esa lesión se ha agravado. Hay días en los que ya no se puede ni levantar”, detalló la madre de Paredes.
Además de la complicación en la columna, el joven presenta frecuentemente infecciones en las amígdalas, que le causan fiebres muy altas. Hasta los momentos la única atención médica que percibe es la de los doctores del Sebin.
Desde que el dirigente estudiantil está detenido, ha bajado entre 10 y 20 kilos. Su madre indicó que pesaba 80 kilos, pero que actualmente debe estar entre los 60 o 70 kilos.
Rondón reside en el estado Táchira. El viaje desde esta entidad a Caracas es costoso, por lo que solo puede visitar a su hijo una vez al mes. Además, también cada vez le es más difícil adquirir lo que necesita.
“La última vez pagué 41.000 bolívares por cada pasaje. Fueron 20 horas desde San Cristóbal a Caracas y 24 horas desde Caracas hasta San Cristóbal. Son viajes largos y muy agotadores. Es habitual que los autobuses se accidenten”, comentó.
Ante esta irregularidad de no verlo con frecuencia, Rondón solo lleva a su hijo insumos no perecederos, mientras que alguien que vive en Caracas la ayuda a llevarle alimentos.
Hacinamiento en El Helicoide
Pausolina Rondón mencionó que Jhosman comparte su celda con 23 reclusos más, entre los que hay presos comunes.
“Hasta hace poco no había baños y hacían sus necesidades en potes y en papel. Esperaban la hora en que los custodios abrieran para ellos poder sacar de la celda los desechos”, agregó.
Denunció que en estos dos años su hijo y otros privados de libertad han sido maltratados psicológicamente.
“Ellos no salen al sol, en ese sitio no hay un lugar donde ellos puedan ejercitarse. Hay momentos en los que no hay agua”, añadió.
Rondón exige al gobierno de Nicolás Maduro que su hijo reciba la atención médica que necesita y que sea liberado.
“Ya mi hijo cumplió tres años y no tiene un juicio, un debido proceso. Se le han violado sus derechos a la defensa y a la salud. Se le ha violado su derecho a la educación, él tendría que estar graduado. Mi exigencia es la libertad, la atención a este y muchos casos que estamos padeciendo las madres venezolanas. Llevamos 17 meses esperando el juicio”, concluyó.
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