“En entrevista con César Miguel Rondón, le confesó: ‘Me hice músico desde niño. Comencé a estudiar formalmente piano a los nueve años con una insigne maestra barquisimetana, Doralisa Jiménez de Medina, a quien no ceso de rendir homenaje y reconocimiento, una pedagoga insigne”
Por ALICIA PIMENTEL
La historia de Fundación Empresas Polar con el Sistema de Orquestas infantiles y Juveniles es de vieja data, tanto así que voy a revelar algo que mucha gente no sabe: el maestro José Antonio Abreu y la señora Leonor Giménez de Mendoza se conocieron desde niños y compartieron juntos en las clases de música de una gran maestra venezolana de la época, radicada en Barquisimeto, Doralisa Jiménez de Medina. El propio Abreu muchas veces se encargó de hablar sobre esta célebre maestra. En entrevista con César Miguel Rondón, le confesó: “Me hice músico desde niño. Comencé a estudiar formalmente piano a los nueve años con una insigne maestra barquisimetana, Doralisa Jiménez de Medina, a quien no ceso de rendir homenaje y reconocimiento, una pedagoga insigne. Ella hizo una labor extraordinaria con una pequeña escuela de música, donde había siete pianos, una casa frente a la plaza de San Juan en Barquisimeto”.
El Sistema de Orquestas nació formalmente en 1975 y, dos años después, en 1977, se crea Fundación Polar, hoy Fundación Empresas Polar, de manera que son instituciones que nacen en la misma época. En el caso de la institución que represento, nació para canalizar los aportes y apoyos que desde su propia constitución se hacían más informalmente en Empresas Polar. Hay una filosofía y unos valores del lugar que debe ocupar la empresa privada en la vida nacional que nos viene de los fundadores, entre ellos, el doctor Lorenzo Mendoza Fleury, más tarde de los hijos, Juan Lorenzo Mendoza Quintero y Lorenzo Alejandro Mendoza Quintero, y hoy en día de los nietos, capitaneados por Lorenzo Mendoza Giménez, pero donde intervienen muchos otros de gran relevancia y, por supuesto, la señora Leonor Giménez de Mendoza como presidenta de Fundación Empresas Polar desde su creación.
Así que la colaboración con el Sistema en la práctica se dio desde el primer momento, convencidos de la necesidad de apoyar a instituciones que contribuyeran a la formación y desarrollo, en este caso musical, del venezolano.
En Fundación Empresas Polar, por otra parte, la música ha ocupado un lugar privilegiado y, para ejemplificarlo, puedo mencionar, los Talleres de Artes Plásticas y Música Maltín Polar y la Coral Fundación Empresas Polar, cuya directora, María Guinand, es una destacada directora coral, profesora universitaria y líder de muchos proyectos musicales, pero además es parte de lo que llamamos la familia Polar.
Pero si hay algo que vale la pena destacar por sobre todos los apoyos y contribuciones con El Sistema, es la donación del Órgano Tubular Klais, en 2008, para el Centro Nacional de Acción Social por la Música, sede del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles. Hasta la fecha de su donación, era el único órgano construido especialmente para una sala de conciertos en Latinoamérica, un majestuoso instrumento de once metros de alto por trece de largo, con tres teclados mecánicos, otro para tocar con los pies, y 3.309 tubos de plomo, estaño y madera de excelente calidad, con salidas de aire para la reproducción majestuosa del sonido que, debido a su amplia gama tonal, tiene capacidad de imitar el sonido de varios instrumentos. Este órgano es reconocido mundialmente por su calidad sonora excepcional, así como la amplia gama de timbres y colores musicales. Entre otras características que se le atribuyen están la versatilidad sonora, la afinación precisa, para una armonía perfecta y sonidos claros y definidos, su construcción artesanal, así como la tecnología de vanguardia en diseño y construcción.
El día martes 7 de octubre de 2008, fecha del concierto inaugural, José Antonio Abreu, en su notable discurso, en el que ofreció detalles de la construcción del órgano y de las personas y empresas vinculadas a su elaboración, se refirió también a los días de su infancia e introdujo el relato de su infancia barquisimetana: “Se estremece mi corazón en este instante al recordar aquellos días dichosos de mi infancia en Barquisimeto, durante los cuales pude compartir con usted, señora Mendoza, y con muchos niños condiscípulos, la insuperable lección magistral, de arte y vida, que por la gracia de Dios recibíamos y recibiremos hasta la inmortalidad, de nuestra genial maestra, Doralisa Jiménez de Medina. A la hora del crepúsculo, en el seno de nuestra Academia de Santa Cecilia, nos reunía frente al antiguo Harmonium francés de la escuela, para cantar bajo su dirección y en coros, el histórico repertorio sacro que ella misma ornamentaba suntuosamente con sus preciosas improvisaciones y eruditas armonizaciones del canto gregoriano”. Y en la intervención de Lorenzo Mendoza Giménez, en esa misma oportunidad, dejó claro también que hay varios elementos de unión entre los integrantes de Empresas Polar y El Sistema de Orquestas, pero entre ellos lo más relevante como punto de encuentro son los principios y valores que han servido de guía, la visión de largo plazo, la búsqueda del bienestar y el progreso de todos los venezolanos. Por medio del trabajo honesto y el esfuerzo cotidiano es posible impulsar la superación individual y colectiva, en estrecha colaboración entre Estado y empresa privada.
Son esos, en definitiva, los valores que hoy también sostenemos y de allí que nos resulte muy natural, a lo largo de la historia, haber coincidido con una institución tan prestigiosa y de tanta solvencia moral como El Sistema de Orquestas, cuyos logros están a la vista y han estado dirigidos, al igual que los nuestros, a los más vulnerables, a los más necesitados, para, con esfuerzos multiplicados, contribuir con el pleno desarrollo de Venezuela.
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