Por ANNA SELBY
Qué le pasa a tu corazón
Es así:
vas a estar flotando
tu piel va a convertirse en sed.
Hunde primero la cara
y una metamorfosis va a comenzar
la sangre se retira, el corazón se detiene
tu mente apenas si está ahí.
Si es lo que quieres
sumérgete, la transformación
va a crecer. Te volverás
un mamífero acuático. En tierra
la presión equivalente
te mataría. Durante los primeros metros
tus pulmones son boyas, pero después
el aire se contrae y te vas
cada vez más hondo, nadas
en un espacio sin gravedad
aquí es donde el océano
deja de expulsarte
la presión se triplica
el Gran Cambio sucede, tu corazón
palpita cada vez más lento, abajo
se desbarranca: catorce pulsaciones
o menos, deberías estar inconsciente
el tamaño de tu pecho se reduce a la mitad
las paredes de tus órganos
funcionan como válvulas de escape.
Regresa a la superficie, ahora.
Todo se transforma
se reinfla, se acelera.
Eres otra vez un animal terrestre,
intermitente. Tu corazón
acaba de romper todas las leyes.
Canción para dos
Apus apus
Dos pájaros discuten qué significa ser pájaros:
cómo se sentirá ser pesados
o si fuera posible, qué es esa luz que florece
sobre ellos. Lunas bumerang, sus alas
susurran a la oscuridad:
ahora una mella, ahora un corte,
ahora una curva. Esculpen la noche
con blancas hebras en sus picos.
Escultores diminutos. Calígrafos del cielo.
Cazadores del aire, que chillan
hasta que amanece. Sus vidas
son un acto de fe: en que alguien
va a escucharlos y alguien va a responder:
una nota va a abrir otra nota.
Flores en el volcán
Violetas del Teide, Viola cheiranthifolia
Lo que no se preserva se pierde, dice el hombre
que caminó conmigo toda la noche
hasta el borde de este volcán.
Un camino de heridas
en el pedrero.
Nuestras huellas
brillando. A mis pies,
la imposibilidad de tres violetas púrpuras
temblando en la oscuridad.