Una cabaña grande
Me gusta esta cabaña.
Me gusta mirar por la ventana
el estanque y los árboles que están más allá
con un silencio adentro.
Hace sesenta años yo era un niño
mirando un guante de beisbol en Oklahoma,
con la certeza de que al final iba
a regalárselo a alguien
y que no compraría ningún otro.
Verdaderamente
Usamos itálicas
para meterle electricidad a las palabras.
Entonces enchufamos lámparas
en las palabras.
Así es como iluminamos nuestras casas.
Verdaderamente.
Esperanza
¿Hay alguna esperanza para ti
o para cualquier otra persona?
Por supuesto que sí,
¿pero esperanza de qué?
La esperanza no es para algo,
es nada más un racimo de sentimientos.
Tic Tac
Cuando la gente dice
«Se acaba el tiempo»
Veo un reloj despertador
con su gran campana arriba
y con las manecillas sueltas
escapando como loco
de un cuarto en el que
el tiempo se ha detenido
recordándole al género humano
que se nos acaba el tiempo.
Me llevo esta idea
a un rincón del cuarto
y la dejo ahí
con mucho cuidado.
No quiero
que se despierte.
Entonces me voy
sin hacer ruido.
Barrer
Lo que quiero hacer
es olvidarme de todo
lo que alguna vez supe sobre poesía
y barrer del techo de la cabaña
las hojas de los pinos
y verlas volar al viento
de esta tarde de octubre.
La pluma es más fuerte que la espada
pero hoy la escoba
es más poderosa que la pluma.
Poema
Estás aquí
y si por un momento
relajas tu espalda
otras partes de tu cuerpo
van a llegar
y vas a poder
juntarte
contigo mismo,
una pequeña felicidad.
Reloj de pulsera
Acabo de escribir seis
o siete poemas breves
en media hora,
en una cabaña
frente a un estanque
con gotas de lluvia.
Tal vez debería
quedarme aquí
sentado un rato, dejar
que pase un tiempo
para que mi mujer piense
que he trabajado duro.
¿Lo viste?
Ya pasó un tiempo
pero tan despacio
que no te diste cuenta.
Se convirtió
en cielo.
Mira, ¡más tiempo!
Salió de mi reloj pulsera
y se volvió otra cosa.
Me rindo
Lo dejo
por hoy
pero mañana
voy a volver
con mi pluma
mi papel y mi identidad
a seguir mirando lo que pasa.
Sin rumbo
Se me olvidó el reloj.
El cielo está nublado esta mañana,
no hay ni señal del sol.
Salí de la casa como a las nueve
y he estado aquí por…
¿una hora? Menos,
creo.
Tengo
un estanque, un bosque, un cielo gris,
y una mente que vaga sin rumbo
de un momento a otro momento.
Confusión de tiempos
Estaba a punto de quejarme
de lo incómodo que es
tener que cambiar los relojes
dos veces al año sin
entender por qué, pero
de pronto un rayo de luz cayó
sobre el estanque y sobre mi cabeza
al mismo tiempo.
Consejo
A la gente le gusta repetir ese viejo dicho
«Vive cada día
como si fuera el último de tu vida».
¿Qué? ¿El último día de mi vida?
Yo estaría frenético, desesperado
saltando como un canguro
con guantes de boxeo
golpeando el aire,
intentando pelear
con lo que sea.
Lo que la gente quiere decir es
«Vive la vida a plenitud».
Como un canguro sin guantes de boxeo.
Metáfora
Hace frío en este cuarto
hasta que salgo afuera.
¿Será esta una metáfora
esperando por un significado?
Tal vez.
¿No está todo esperando por un significado?
Inténtalo,
dale a todo un significado.
Ve a ver qué tan lejos puedes llegar.
Apuesto a que no vas a ir muy lejos.
Gemelos chinos
Cuando estuve en China
tuve de pronto ganas
de estar en una cabaña en Vermont
recordando el momento
en que me imaginé todo esto
y ahora estoy aquí
en la cabaña
pero sin ganas de estar en China,
al menos no en este momento.
No necesito esas ganas:
los dos momentos ya se conectaron
como hermanos gemelos
que acaban de aprender a hablar entre ellos.
Telegrama
Esta mañana como a las cuatro
estaba en la cama pensando
en cómo iba a estar aquí
en esta cabaña escribiendo
y en cómo las líneas van
tan lejos como las palabras quieren.
Al final me levanté
y me preparé una avena,
pan tostado y té, de jasmín,
para poner algo de China en mí
y despertarme, como
un verdadero ser humano que
hace lo que tiene que hacer.
Y se detiene a tiempo.