Selección y traducción de RAQUEL RIVAS ROJAS
Te encajas en mí
como un gancho en un ojo
un anzuelo
en el ojo abierto
***
Tres objetos en la mesa
Qué soles se alzaron y murieron
qué ojos tuvieron que cerrarse
qué manos y qué dedos
abandonaron sin querer su calor
antes de que aparecieras en mi mesa
lámpara negra de luz blanca
portátil y radiante
y tú, máquina de escribir
con tu hambriento cable y tu enchufe
bebiendo una siniestra transfusión
que llega desde el otro lado del muro
qué historias de exterminio
han dejado esas marcas en tus teclas
Qué muertes múltiples han echado a andar este reloj
las pequeñas ruedas que rechinan
los dientes bajo la piel del metal
Mis máquinas fantásticas
descansando ante mí tan familiares
tan duras y perfectas
me da miedo tocarlas
creo que van a gritar de dolor
que se van a sentir tibias, como una piel.
***
La canción de la sirena
Esta es la canción que todos
quieren aprender: la canción
irresistible:
la canción que obliga a los hombres
a saltar en escuadrones sobre la borda
aunque puedan ver las calaveras en la playa
la canción que nadie conoce
porque todo el que la ha escuchado
está muerto y los demás no la recuerdan.
¿Te contaré el secreto?
y, si lo hago, ¿me dejarás salir
de este disfraz de pájaro?
No me gusta estar aquí
ocupando esta isla
luciendo pintoresca y mítica
junto con esos otros pájaros maniáticos.
No me gusta cantar
en este trío, mortal y carísimo.
Te voy a contar el secreto,
a ti, solo a ti.
Acércate. Esta canción
es un grito para pedir ayuda. ¡Ayúdame!
Solo tú, solo tú puedes,
porque eres único
y porque a fin de cuentas
es una canción muy aburrida
pero funciona siempre.
***
Actitudes diferentes
1
Para entendernos
para entenderlo todo menos eso
y para evitarlo
Voy a suspender mi búsqueda
de gérmenes si tú prometes
no tocar el microfilm
que se esconde bajo mi piel.
2
Me acerco a este amor
como un biólogo
calzándome los guantes
de plástico y la bata blanca.
Tú te escapas
como una prisionera
política en fuga, y con razón.
3
Me extendiste tu mano
y yo tomé tus huellas digitales.
Me pediste amor
y yo te di descripciones.
Muérete, te dije
para poder escribirlo.
***
Ella piensa cómo evadirlo
Puedo cambiarme a mí
misma más fácil
de lo que puedo cambiarte
me puedo dejar crecer
una corteza y convertirme en planta
o retroceder en el tiempo
hasta la imagen de la mujer abandonada
entre los escombros de la cueva,
la barriga abultada de fertilidad,
la cara mínima, apenas un bulto,
reina de las termitas
o (mejor) acelerarme
esconderme en los nudillos
y en las venas amoratadas de las viejas,
volverme artrítica y digna
o ir un poco más allá:
colapsar en tu cama
con la mano en el pecho
y la sábana de la nostalgia
sobre mi tiesa sonrisa de despedida
lo que sería inconveniente
pero definitivo.