«Compás de espera» (poema del libro inédito Flor de Tauro)
Espero.
La brisa, hecha un ovillo,
duerme en el centro del jardín.
El sol metió sus dedos entre el árbol
y lo mantiene inmóvil.
¿Qué será lo que estamos esperando?
La paciencia es un nimbo de santo
que paraliza el cráneo.
En un rincón del alma
están colgando las ideas, cabeza abajo.
Todo está seco y quebradizo.
De esperar tanto y sin saberlo y tan extático,
se me van a salir los ojos en silencio y sin sentirlo.
Ni los alambres de las hierbas tiemblan.
El colibrí recorre
su cuerda floja
hecha aire.
En Atalaya
San Justino, en el Siglo II, en su célebre descripción de la misa de su tiempo, nos dice que Jesucristo fue crucificado la víspera de Saturno
y resucitó el día del sol.
En carta a Sakoutalá (pseudónimo de india para su novia Carmen)
Me parece casi una indignidad el que yo pueda estar casi toda la noche de visita al lado tuyo hablando de cosas indiferentes… Esto hay que remediarlo.
Opinión acerca de Vicente Emilio Sojo (1963)
Vicente Emilio es un ingenuo que aboga por escudriñar las posibilidades del criollismo folclórico en la música. Así como apoya esto, también se inclina por los estudios socio-antropológicos en los que se exaltan la arquitectura del bahareque, la navegación indígena en canoa, la gallina en las costumbres populares y la cajita de chimó y su figuración etnográfica.
Reflexión
La vida es un proceso de estallidos y calmas,
siempre en forma ascendente.
Cielito azul todos los días, cansa.
En El alma de la ciudad (fragmento del discurso pronunciado el 12 de noviembre de 1959)
He nacido a una cuadra de la Plaza Bolívar, en el corazón mismo de la ciudad, que es el corazón de Venezuela.
Siento que soy una de las innumerables células que forman ese corazón, con eso me basta, y con eso me sobra.
No necesito ser más.
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José Antonio Calcaño
(Caracas, 23 de marzo de 1900 – Caracas, 11 de septiembre de 1978), músico, historiador, poeta, compositor, crítico. Investigador de aguda mirada –La ciudad y su música es un clásico nacional- y frases luminosas. Cultura, sensibilidad y la muy refinada ironía de los intelectuales caraqueños de una generación son cualidades evidenciadas en la vida y obra literaria, musical y crítica del profesor Calcaño.